El Celta ofreció una gris imagen en su presentación en Balaídos, con motivo del XXIV Memorial Quinocho y ante una Lazio que dejó en evidencia el débil sistema defensivo de un equipo vigués que intentará este curso evitar los problemas que la temporada pasada le llevaron a pelear por la permanencia hasta la última jornada. Mucho tendrán que mejorar los de Fran Escribá para superar un complicadísimo arranque de campeonato ante cuatro de los primeros clasificados de la anterior campaña, después de las facilidades ofrecidas a un rival que regresaba a Vigo veintidós años después de su derrota en la tanda de penaltis ante los locales en el Ciudad de Vigo.
Con bajas de piezas importantes como Hugo Mallo, Okay Yokuslu o Santi Mina, todos ellos lesionados, Escribá apostó por un once que se parecerá mucho al que el sábado que viene iniciará LaLiga en Balaídos ante el Real Madrid, incluido Iago Aspas. La estrella celeste ya ha superado el traumatismo en la rodilla que sufrió en Berlín y sigue siendo la baza principal celeste para liderar el nuevo proyecto de los vigueses. Ayer dejó destellos de su gran clase junto al juvenil Lauti, con el que formó pareja en el ataque. Como doble pivote, Escribá apostó en esta ocasión por Fran Beltrán y Stanislav Lobotka. El técnico reclama un refuerzo para esta posición, ante la poca confianza que ha mostrado por Beltrán. Una de las alternativas que baraja el club es el regreso del hispano-senegalés Pape Cheikh, que ayer se encontraba en Balaídos. En el eje de la defensa jugaron David Costas y Joseph Aidoo, una de las incorporaciones de este verano junto a los ex canteranos Denis Suárez y Santi Mina, el tinerfeño Jorge Sáenz y el uruguayo el Toro Fernández, que continúa en Uruguay resolviendo unos problemas judiciales.
El ex sevillista Immobile anotó los dos primeros antes antes de la media hora de juego. Pero el castigo pudo ser mayor debido a la facilidad con la que el equipo italiano llegaba a los dominios de Rubén Blanco, que se lució en un par de buenas intervenciones antes de que Beltrán acortase distancias con un disparo desde el balcón del área que se coló entre las piernas del portero albanés Strakosha. Con el 1-2 a favor de los italianos concluyó la primera mitad del último amistoso de pretemporada de un Celta que se había presentado a la cita después de sumar tres victorias, un empate y una derrota.
El segundo tiempo no arrancó mejor para los célticos, que vieron como pasada la hora de juego el larguero escupió un remate a bocajarro de Caicedo. Con el carrusel de cambios, el partido fue decayendo del lado celeste, que en los minutos finales intentó conseguir el empate, pero Strakosha ya no concedió más regalos y la Lazio se llevó un triunfo merecido ante un rival que volvió a mostrarse como un equipo blando y con poca consistencia defensiva. El vigente campeón de la Copa italiana pudo resarcirse de la derrota de su primera visita a Vigo. Ayer se topó con un equipo más bisoño que en 1997 dirigía Javier Irureta y que después de dos décadas volvió a llevar a los célticos a una competición europea. Ese objetivo, ahora mismo, es una quimera para los de Escribá, que necesitan recuperar pronto a los lesionados para no complicarse la vida en las primeras jornadas del campeonato que está a punto de comenzar.
