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Aquel gol de Radoja

El único tanto del serbio con el Celta, al Alavés, marcó el inicio de su declive en el club

Radoja corre sobre el césped de A Madroa, ayer tarde. // Marta G. Brea

"Me falta un gol para sentirme completo". Así se expresaba Nemanja Radoja en vísperas de la visita del Alavés en enero de 2017 cuando el medio centro serbio atravesaba su mejor momento de forma en el Celta. Radoja llevaba mucho tiempo buscando aquel gol y rompió la baraja en el momento preciso, destrabando un encuentro que parecía abocado al empate frente a un adversario muy incómodo que luego privaría a los celestes de jugar su cuarta final de la Copa del Rey. Se daba además la curiosa circunstancia de que el Alavés se presentaba en Balaídos imbatido lejos de Mendizorroza tras nueve partidos a domicilio.

Aquel encuentro frente al conjunto que entonces dirigía Mauricio Pellegrino fue la consagración de Radoja en el Celta pero, de algún modo, también el inicio de su declive, pues su protagonismo fue decreciendo paulatinamente el curso siguiente con Juan Carlos Unzué y la decisión de no aceptar la oferta de renovación del Celta el pasado verano acabó por relegar al ostracismo al eficiente medio centro serbio.

La pasada campaña Radoja disputó 26 encuentros, aunque solo once de ellos como titular, la cifra más baja desde su llegada al club en el curso 2014-15. Solo completó seis de ellos. La llegada de Stanislav Lobotka le restó protagonismo en el once, pero también las lesiones, pues estuvo cuatro semanas de baja al inicio de temporada y se perdió tres más a final de curso, con la temporada ya prácticamente sentenciada para los celestes, que se quedaron lejos del objetivo de regresar a Europa.

La decisión de no renovar el pasado verano ha sido sin embargo la que ha convertido al serbio en un marginado. A diferencia de Borja Iglesias, Wass, Sergi o Jonny, vendidos en el pasado mercado estival por su negativa a renovar (los dos últimos tras ser apartados del equipo) Radoja ha decidido permanecer esta temporada en el Celta, seguramente al no haber encontrado una oferta lo bastante convincente para hacer las maletas. En un primer momento, el jugador aceptó la invitación del club de retrasar su reincorporación a los entrenamientos mientras se resolvía su futuro. Las ofertas no llegaron y Radoja regresó a Vigo coincidiendo con la presentación oficial de Antonio Mohamed. Tras reunirse con el club se habló de la posibilidad de renovar, que finalmente no se concretó. Tampoco su salida.

Transcurridos ocho compromisos ligueros, el medio centro serbio es uno de los cuatro futbolistas de campo del plantel que todavía no se ha estrenado este curso, junto a Robert Mazan, Andrew Hjulsager y Jozabed Sánchez.

Los términos elogiosos con que Antonio Mohamed se ha referido al jugador, del que ha destacado en alguna ocasión su profesionalidad, no casan sin embargo con su absoluta falta de protagonismo. El entrenador celeste ha asegurado que Radoja es "uno más del plantel" y ha achacado su falta de minutos a la creciente competencia del puesto, con Lobotka, intocable tanto para Unzué como para Mohamed, y los fichajes de solventes competidores específicos, como Fran Beltrán y Okay Yokuslu.

La decisión del técnico de jugar la mayor parte de los encuentros con defensa de cinco, restando un centrocampista al once, ha menguado, aún más, si cabe, sus opciones, a pesar de los evidentes problemas defensivo que el Celta ha venido arrastrando en este inicio de curso y algunas voces (mayoritariamente en las redes sociales) pidiendo su rehabilitación.

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