El nuevo Gobierno de Francia sobrevive a sus primeras mociones de censura gracias al apoyo socialista

Con un hemiciclo casi vacío, el debate en la Asamblea Nacional sobre las mociones de censura contra el segundo Gobierno de Sébastien Lecornu comenzó este jueves a primera hora, en un contexto marcado por la suspensión de la reforma de las pensiones y la necesidad de aprobar urgentemente los presupuestos de 2026. Casi tres horas después, el Parlamento rechazó la primera moción presentada por La Francia Insumisa de Jean-Luc Mélenchon, con 271 votos. Minutos más tarde, la moción de la extrema derecha de Marine Le Pen apenas alcanzaba los 170 votos, muy lejos de los 289 necesarios para tumbar al Ejecutivo.

El presidente de la Reagrupación Nacional, Jordan Bardella, denunció el rechazo de la moción propuesta por LFI, por un margen de 18 votos, y consideró que los diputados que se negaron a votarla "serán responsables del sufrimiento futuro del país". "Una mayoría negociadora logró salvar sus escaños hoy, en detrimento del interés nacional", escribió en su perfil de X.

Base suficiente

Tras las votaciones, Lecornu abandonó a pie la Asamblea Nacional y, parco en palabras, solo espetó con cierta ironía: "¡A trabajar!", pidiendo permiso para "caminar un poco". "Los debates tenían que empezar y, como han visto, han empezado", declaró finalmente a los periodistas que le seguían por la calle camino al Palacio de Matignon.

Más relajado, el primer ministro superó así sus primeras mociones de censura pocos días después de ser reelegido por segunda vez como primer ministro de Francia. Ya lo avanzó durante el debate parlamentario previo a la votación, su Ejecutivo contaba con el apoyo de una "base parlamentaria lo suficientemente amplia como para mantener su posición", y así ha sido.

A pesar de los esfuerzos del primer ministro por acercar posturas con las fuerzas políticas, para La Francia Insumisa y Reagrupación Nacional, la suspensión de la reforma de las pensiones anunciada por Lecornu el pasado lunes no es suficiente. Ambos extremos políticos quieren la dimisión del presidente, Emmanuel Macron, a quien no ven como una figura legítima para gobernar. Precisamente, los insumisos presentaron este jueves una nueva mocion de destitución del jefe de Estado, como ya hicieron a finales de septiembre; moción que fue declarada inadmisible por la oficina de la Asamblea Nacional.

"Más temprano que tarde, el presidente de la República tendrá que dimitir. Por lo tanto, volvemos a presentar una moción para destituir al presidente de la República", afirmó la insumisa Mathilde Panot.

Una censura salvada por los socialistas

La llave de la censura la tenía el Partido Socialista, que había puesto como condición suspender la impopular reforma de las pensiones a cambio de no votar el bloqueo del nuevo Gobierno. Lecornu cedió, aunque con matices. Este cambio "costará 400 millones de euros al Estado en 2026, y 1.800 millones en 2027", por lo que deberá ser compensado a través de recortes, y aseguró que no aceptará ningún acuerdo que ponga en entredicho la credibilidad de su Gobierno.

Los socialistas aceptaron este pacto y, salvo algunos diputados, no votaron ninguna de las dos mociones presentadas. Aun así, la amenaza persiste, al menos para los autores de estas censuras: "Emmanuel Macron ya no es el garante de las instituciones de nuestro país. No ha escuchado ni una sola vez la indignación expresada", afirmó ante el hemiciclo la diputada insumisa Aurélie Trouvé. 

Desde hacía días, las posturas a favor y en contra de la caída del Gobierno de Lecornu estaban claramente delineadas. Los ecologistas apostaban por "votar a favor de la censura casi por unanimidad", tal y como adelantó su líder, Marine Tondelier, que denunció la falta de compromiso ambiental de Lecornu. En la misma línea, el coordinador nacional de LFI, Manuel Bompard, instó a todos los diputados a votar por la censura. "Hago un llamamiento especial a los diputados socialistas para que desobedezcan las instrucciones de Olivier Faure. Votar a favor de la censura esta mañana es una cuestión de dignidad", declaró.

Del lado conservador, la autora de la segunda moción de censura, Marine Le Pen lo tenía claro: "Votaremos sin dudarlo para censurar a su gobierno, porque su presupuesto no es un presupuesto", declaró, argumentando a favor de la moción de censura presentada por su partido político y su aliado, Éric Ciotti, quien aseguró que censurará "sin reparos" a este gobierno de "renuncia".

Sin embargo, todas las miradas estaban puestas en el Partido Socialista y en Los Republicanos, quienes, aunque públicamente habían negado su apoyo a la censura, contaban con algunos díscolos que respaldaban la caída del Ejecutivo. Finalmente, del lado socialista, siete diputados votaron a favor de la propuesta insumisa, y en el caso de la derecha republicana, solo un diputado pulsó el voton verde de la censura.

Los presupuestos a debate

Tras superar su primera sesión de la Asamblea Nacional, ahora la pregunta está en cuánto durará este Gobierno y si conseguirá aprobar los urgentes presupuestos de 2026.

Se espera que la Comisión de Finanzas comienza a trabajar en los detalles de las cuentas públicas el próximo lunes 20 de octubre, para dar paso al debate en el Parlamento francés a finales de la siguiente semana. Ese viernes será una nueva jornada de tensión para Sébastien Lecornu y su ministro de economía, quienes deberán defender la necesidad de aplicar importantes recortes en el sector público para salvar la economía de Francia.

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