Enésima crisis política
Lecornu dimite pocas horas después de nombrar a su Gobierno y sume a Francia de nuevo en la incertidumbre
El primer ministro saliente bate todos los récords, convirtiéndose en el más breve de la V República y su Gobierno, en el más fugaz de la historia del país

Sébastien Lecornu, durante el anuncio de su dimisión como primer ministro de Francia, este lunes en el Palacio de Matignon. / STEPHANE MAHE / POOL / AP

Solo 27 días después de ser nombrado primer ministro de Francia, Sébastien Lecornu presentó este lunes su dimisión al presidente Emmanuel Macron. Se trata de un nuevo récord como el jefe de Gobierno más efímero de la V República, superando a los tres meses de Michel Barnier, quien cayó en diciembre de 2024 tras intentar aprobar los presupuestos de 2025.
"No se cumplen las condiciones para que pueda ejercer mis funciones como primer ministro", afirmó Lecornu en su comparecencia de prensa donde hizo pública su dimisión. El primer ministro saliente considera que la composición del Gobierno no fue fluida y denunció el afán partidista de ciertos partidos políticos ante la proximidad de las elecciones presidenciales. Un claro dardo al ministro del Interior, Bruno Retailleau, quién entró en rebeldía y amenazó con dimitir minutos después del anuncio de la composición del nuevo Ejecutivo. Para el quien también es presidente de Los Republicanos, la vuelta del exministro de Economía Bruno Le Maire como ministro de Defensa generaba un importante rechazo, puesto que se alejaba de la "ruptura prometida" por el jefe de Gobierno. "La composición del Gobierno no refleja la ruptura prometida", criticó Retailleau el domingo por la noche a través de la red social X.
Lecornu no ha podido resolver la difícil ecuación de formar un Ejecutivo conciliador. Tan solo unas horas después de hacer pública la composición del nuevo gabinete, su Gobierno implosionaba y se convertía en el más corto de la historia de Francia, obligándole a presentar su dimisión este lunes.
Durante estas primeras horas, era difícil encontrar a alguien en el arco parlamentario conforme con el Ejecutivo. Para la izquierda socialista, era "una provocación". Para los insumisos, se trataba de "un circo" creado por un Gobierno que intentaba "dar lecciones de estabilidad y responsabilidad". Mientras que la extrema derecha de Marine Le Pen no perdía el tiempo, y desde primera hora de este lunes, la cúpula de Reagrupación Nacional se reunía en su sede para valorar el siguiente paso. "La elección de este Gobierno, aderezado con el hombre que llevó a Francia a la quiebra, es patética", sentenciaba Le Pen.
Durante la jornada del lunes, el primer ministro saliente se ha reunido con sus ministros en el Palacio de Matignon y seguidamente ha vuelto al Elíseo para un nuevo encuentro con el presidente. Tras una breve reunión, Macron le ha asignado una última misión: "Encargarse de la actualidad, la responsabilidad de llevar a cabo las negociaciones finales el miércoles por la noche para definir una plataforma de acción y estabilidad para el país", anunció el Elíseo. El entorno del presidente indicó para BFMTV que Macron "asumirá su responsabilidad" si las "negociaciones finales" de Lecornu fracasan.
Tras estos últimos acontencimientos, Francia vuelve a instalarse en la incertidumbre política, y muchos ya señalan a las urnas con una disolución de la Asamblea Nacional o la destitución de Macron, como única solución a esta crisis. Aunque en las últimas horas, la opción de nombrar a un gobierno técnico empieza a sonar con fuerza.
Las primeras reacciones piden elecciones
Mientras los ciudadanos del país galo empiezan a asumir que se quedan nuevamente sin Gobierno, las fuerzas políticas se reunían este lunes de urgencia para trazar una nueva hoja de ruta.
Para la presidenta de los insumisos en la Asamblea Nacional, Mathilde Panot, la clave para salir de esta crisis política está clara: el presidente debe dimitir. "Lecornu dimite. Tres primeros ministros derrotados en menos de un año. La cuenta regresiva ha comenzado. Macron debe irse", afirmó en su cuenta de X. Su jefe, Jean-Luc Mélenchon, va más allá y pide la toma en consideración inmediata de la moción de destitución de Macron presentada hace unas semanas por 104 diputados.
Los comunistas y los socialistas, por su lado, tendieron la mano una vez más al presidente y se mostraron "preparados" para asumir el cargo de primer ministro. Precisamente, el secretario nacional del Partido Comunista Francés, Fabien Roussel, insistió en la necesidad de "nombrar a un primer ministro y un gobierno de izquierda" para salir de esta crisis política. Una idea apoyada también por secretario general del Partido Socialista, Pierre Jouvet: "Pedimos al presidente de la República que designe a un primer ministro de izquierda o de los Verdes, abierto al compromiso y comprometido a no utilizar más el artículo 49.3 (aprobación de leyes vía decreto)", declaró Jouvet al término de la reunión del partido.
Desde el otro lado de la ciudad y frente a la puerta de su sede, Le Pen cuestionó la capacidad del presidente para "resistirse a la disolución", y pidió la convocatoria de elecciones legislativas: "Le pido que disuelva la Asamblea Nacional. Estamos al final del camino. No habrá más mañana (...) Hemos llegado al final de la broma, la farsa ya ha durado demasiado", opinó.
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