Estados Unidos

Trump, a un paso de su gran proyecto fiscal tras una ajustada victoria en el Senado

El proyecto de ley reabre y recrudece la guerra entre el presidente y Elon Musk

Senado de EE.UU. rompe récords con maratoniana votación sobre el plan fiscal de Trump

Senado de EE.UU. rompe récords con maratoniana votación sobre el plan fiscal de Trump

Idoya Noain

Idoya Noain

Nueva York

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está a solo un paso de conseguir su mayor victoria legislativa; una ley fiscal y de inmigración y defensa que va a hacer permanentes sus recortes de impuestos del primer mandato, cortar importantes programas sociales como Medicaid (la sanidad pública para los más pobres y los discapacitados), deshacer avances en terrenos como las energías renovables y disparar el déficit público y la deuda.

Tras cuatro días de intensas negociaciones y una sesión maratoniana de más de 27 horas, el Senado ha dado este martes luz verde al proyecto de ley por la mínima. Con tres republicanos sumándose por distintos motivos a los demócratas en oposición a la norma (el libertario Rand Paul y los moderados Thom Tillis y Susan Collins), ha sido necesario el voto del vicepresidente, J.D. Vance, para el desempate

El 51-50, en cualquier caso, es un gran triunfo para Trump, que ha recibido pletórico la noticia del voto en Florida : "Es música para mis oídos", ha dicho. 

Un último paso

La legislación, que oficialmente ha perdido el nombre de "One Big Beautiful Bill" (aunque sin duda el presidente y los republicanos seguirán llamándola así), retorna ahora a la Cámara Baja, donde se aprobó en mayo pero con una redacción y con provisiones diferentes. Eso obliga a los legisladores a dar el visto bueno a la versión del Senado.

Varios congresistas, especialmente del ala ultraconservadora, han dicho que los cambios son tan profundos que no reconocen el texto que aprobaron. Son especialmente críticos con medidas que disparan aún más el elevado déficit y obligarán a subir más el techo de la deuda de EEUU pero hay también voces que alertan de que los recortes en programas sociales van a afectar a ciudadanos de clase trabajadora que ahora son parte fundamental del electorado republicano. 

Se calcula que con los tijeretazos a Medicaid, por ejemplo, 11,8 millones de personas podrían quedarse sin cobertura sanitaria. Se verán afectados negativamente también hospitales y residencias rurales y son los factores que, por ejemplo, ha argumentado para votar contra la propuesta de ley la senadora Collins.

La norma también plantea recortes a otros programas como SNAP, la ayuda para alimentos que es fundamental para millones de estadounidenses, y eleva el gasto en Defensa y para aplicar las políticas de inmigración de Trump.

Presiones de Trump

Trump, en la rueda de prensa en Florida tras visitar la apertura de un polémico centro de detención de inmigrantes, ha insistido en ir contra la evidencia y ha negado que el golpe a Medicaid sea el que se calcula. Dice que los recortes se van a conseguir simplemente eliminando "mal gasto, fraude y abuso".

El presidente, que por la mañana se mostraba dispuesto a retrasar el calendario que se había autoimpuesto, con idea de firmar la ley para el 4 de julio, el Día de la Independencia, ha retomado la idea de la simbólica fecha. Y se ha mostrado confiado en que el proceso de negociaciones con la Cámara Baja, donde solo puede permitirse perder tres votos, va a ser "más fácil" que con el Senado. 

Es un proceso en el que no duda en emplear mecanismos abiertos de presión, como la promesa de tumbar las carreras de quienes voten en contra de la ley apoyando a rivales en primarias. Es algo que ha hecho, por ejemplo, con uno de los opositores a la propuesta de ley: el congresista de Kentucky Thomas Massie. Y lo hizo también contra el senador Thillis, uno de los que ha acabado votando en contra, que ya antes de emitir ese voto había anunciado que no se presentará a la reelección.

Aunque nada puede darse por seguro de antemano, la mayoría de analistas y observadores creen que suficientes republicanos críticos en la Casa de Representantes acabaran abandonando cualquier rebelión y plegándose a Trump y dándole una victoria trascendental para este segundo mandato.

Guerra con Musk

Los que lo hagan y voten a favor del proyecto de ley tendrán que enfrentar otras presiones, las de Elon Musk, que ha reactivado las críticas a una norma que llamó "abominación repugnante" y, con ello, ha reabierto una guerra con Trump que enfrenta a los dos antiguos aliados y se recrudece con cada minuto que pasa.

El hombre más rico del mundo y principal financiador de la campaña presidencial de Trump, que los primeros 120 días estuvo al frente del mal llamado "Departamento" de Eficiencia del Gobierno (DOGE) y de sus recortes, retomó el fin de semana sus denuncias de que la ley, con el disparo del déficit que representará, era una "completa locura". 

Musk anunció inversiones millonarias contra los republicanos que apoyaran la legislación e hiperbólico prometió que "perderán sus primarias el año que viene, aunque sea lo último que haga en esta Tierra”. También volvía a insinuar que podría crear un tercer partido y el lunes advirtió que, si la ley pasa en el Congreso, "el Partido América se formará al día siguiente”,

La reacción de Trump, que en el primer enfrentamiento hace unas semanas forzó que Musk diera algunos pasos de disculpa y reculó diciendo que había ido "demasiado lejos", ha sido airada y amenazante. "Lo que creo que va a pasar es que DOGE va a estudiar a Musk y podemos ahorrar una fortuna", ha dicho el presidente, sugiriendo que empresas de su antiguo aliado como Space X podrían perder subsidios. "No creo que deba jugar ese juego conmigo", ha dicho.

"El monstruo de DOGE puede volverse contra Elon y comérselo", ha declarado en otro momento Trump, que también ha sugerido que sus acciones frenando incentivos fiscales para vehículos eléctricos son lo que tiene disgustado a Musk, fundador de Tesla. "Puede perder mucho más”, ha añadido.

El mandatario ha estado agitando el fantasma de incluso llegar a deportar a Musk, que nació en Sudáfrica, aunque tiene nacionalidad también canadiense y estadounidense. Al ser preguntado en Florida sobre esa posibilidad Trump ha dicho: "No lo sé, tendremos que considerarlo". Antes, en un mensaje en Truth, había escrito: "Sin subvenciones, Elon probablemente tendría que cerrar la tienda y volver a casa a Sudáfrica. Se acabaron los lanzamientos de cohetes, los satélites y la producción de coches eléctricos, y nuestro país se ahorraría una fortuna".

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