Malestar social
Los agricultores y taxistas se unen para bloquear Francia en protesta por la falta de apoyo y las leyes "abusivas"
Las nuevas movilizaciones del sector agrícola y del taxi dejan retenciones en las carreteras francesas y problemas en los principales accesos a los aeropuertos de Orly y de Charles de Gaulle

Tractores aparcados en protesta frente a la Asamblea Nacional. / MOHAMMED BADRA / EFE

Los agricultores y los taxis han vuelto a tomar las calles de Francia este lunes, bloqueando las principales rutas del país para "expresar su rechazo" contra la falta de apoyo de las instituciones y las nuevas normativas "abusivas".
Los campesinos han sido los primeros en empezar los bloqueos este lunes. Cerca de las nueve de la mañana, una decena de tractores se concentraban frente a la Asamblea Nacional de París y al mismo tiempo, otros cientos iniciaban bloqueos en Essonne, Yvelines o Val-d’Oise para mostrar su disconformidad contra aquellos diputados que se niegan a votar a favor del proyecto de ley agrícola que se examina esta semana, y que busca "eliminar restricciones" en el sector.
Entre los opositores, los diputados ecologistas y de La Francia Insumisa (LFI), quienes rechazan este texto que busca reintroducir el pesticida acetamiprid, de la familia de los neonicotinoides, prohibido en Francia desde 2018 por ser perjudicial para los polinizadores. Los ecologistas lo han denunciado como "una auténtica bomba de tiempo para la salud pública y la biodiversidad", y junto con la LFI, han presentado 3.500 enmiendas para bloquear esta iniciativa.
Sin embargo, los agricultores dedicados al cultivo de remolacha o avellana insisten en que este producto es el único que les ayuda a combatir las plagas. En caso de mantener dicha prohibición, insisten en que esto supondría también un problema de competencia desleal respecto a otros países europeos que sí utilizan el producto. "Los sindicatos JA y la FNSEA estarán ante la Asamblea Nacional para expresar su rechazo a lo que consideran un intento de obstruir el texto por parte de diputados de la LFI y ecologistas, que presentaron cientos de enmiendas", se podía leer en el comunicado que lanzaron este sábado los sindicatos.
División en la Cámara
A esto se unen ciertas voces que alertan sobre las consecuencias que pueden tener estas restricciones para el consumidor si no se ofrecen "facilidades y mejoras" al campo. En esta lucha, no sólo preocupan las prohibiciones que afectan a las condiciones de trabajo, sino también el relevo generacional ante dichas dificultades. "Cada vez es menos rentable trabajar en el campo. Cada vez hay más trabas administrativas", afirma uno de los campesinos frente a la Asamblea Nacional.
El texto, que debe votarse esta semana en el Parlamento francés, mantiene a la Cámara dividida, no solo por los pesticidias, sino también porque busca eliminar las prohibiciones sobre el almacenamiento de agua y su uso en la agricultura, o las exenciones ambientales para ciertas explotaciones. El sindicato de agricultores FNSEA considera el texto "vital" porque cumple con las expectativas de los trabajadores rurales tras la crisis del año pasado que les llevó a protestar durante semanas.
El ministro del Interior, Bruno Retailleau, ha aprovechado su intervención de este lunes frente la Asamblea Nacional para dirigirse al sector: "Hace 30 años, nuestra industria se vio aplastada por un movimiento a nivel europeo y burocracia administrativa y fiscal a nivel nacional. No quiero que lo que le ocurrió a la industria le ocurra a la agricultura", ha afirmado el ministro.
Bloqueo de los accesos a los aeropuertos
A las protestas del sector agrícola, se suman también la de los taxistas, que después de varios días de manifestaciones, han dado un paso más este lunes bloqueando los principales accesos a los aeropuertos de Orly y Charles de Gaulle de París.
Ante el aumento de las tensiones, el pasado sábado, el primer ministro se reunió con los sindicatos del taxi para calmar las calles, aunque sin grandes avances que pudieran evitar este lunes un nuevo bloqueo que pretende mantenerse hasta el miércoles.
Los taxistas se quejan de las nuevas condiciones económicas del transporte de enfermos. El aumento de las tarifas de estos servicios apenas les deja margen de beneficio, provocando una precarización del sector, según denuncian desde el sindicato. Además, señalan a los gigantes digitales como principal competencia desleal: "No pagan impuestos en Francia, mientras que nosotros si lo hacemos", afirmaba un manifestante en directo para la televisión nacional.
La presidenta de la Federación Nacional de Taxis, Emmanuelle Cordier, amenazó este sábado con "cargarse el Roland Garros", que se celebra en estos momentos en la capital, si el Gobierno no les escucha. Esta semana, el primer ministro volverá a reunirse con el sector para encontrar una solución a un problema que se extiende en el tiempo.
El Gobierno de Bayrou cuenta con poco margen de maniobra para calmar las calles, con un bloque central dividido en la Asamblea Nacional, y una economía francesa en cuidados intensivos.
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