La sucesión de Francisco
Un cardenal del ala dura advierte de un posible cisma si el cónclave elige un Papa continuista
Gerhard Ludwig Müller, antiguo responsable de Congregación de la Fe, cuestiona las aperturas de Francisco en temas como las bendiciones a parejas del mismo sexo

El cardenal Gerhard Ludwig Müller, en el Vaticano / AP / MARKUS SCHREIBER

Era de esperar una reacción del ala más conservadora de la Iglesia católica cuando en el horizonte ya se vislumbra la celebración de un nuevo cónclave. Finalmente, el primero en hacer oír su voz ha sido Gerhard Ludwig Müller, antiguo responsable de Congregación de la Fe y cardenal elector (tiene 77 años), quien incluso ha evocado el riesgo de un cisma si el cónclave elige a otro papa con un perfil similar al de Francisco.
Müller, uno de los rostros más visibles del bando tradicionalista, ha hablado en estos días a través de dos entrevistas: una al diario italiano La Repubblica y otra al británico The Times. En esta última, sostuvo incluso que el próximo papa no debería "buscar los aplausos del mundo secular que ve a la Iglesia como una organización humanitaria que hace trabajo social", según dijo, en una sutil crítica —ya manifestada en el pasado— a una supuesta falta de preparación intelectual de Francisco.
Por eso, dijo, "estoy rezando para que el Espíritu Santo ilumine a los cardenales, porque un papa hereje que cambie cada día según lo que dicen los medios de comunicación sería catastrófico". Y más aún. Cuando Tom Kington, autor de la entrevista, le pregunta si existiría el riesgo de división dentro de la Iglesia católica en caso de la elección de un Papa como Francisco, él responde de una forma tajante: "sí", según contó este periodista a EL PERIÓDICO. "Luego también añadió unas palabras clave. Dijo que 'ningún católico está obligado a obedecer una doctrina que es errónea'", agregó Kington.
Cuestiones teológicas
Aunque a veces recurre al lenguaje aterciopelado propio del mundo eclesiástico, el antiguo responsable del Santo Oficio durante el pontificado de Benedicto XVI —retirado del cargo por el papa Francisco— también fue muy crítico con el pontífice argentino en su entrevista con La Repubblica. En ella, cuestionó la supuesta "ambigüedad" de Francisco en cuestiones teológicas, su voluntad de convertir la Iglesia en una institución más democrática y su apertura para dar más derechos a las parejas del mismo sexo.
Sobre este punto en particular, Müller sostuvo que la decisión de Francisco de avalar las bendiciones de parejas homosexuales "debe aclararse". "El documento aprobado bajo Francisco quería ayudar pastoralmente a estas personas, pero no se debe relativizar la doctrina católica sobre el matrimonio", dijo el teólogo alemán, al añadir que, en su opinión, a diferencia de con Francisco, "con el Papa Benedicto tuvimos una claridad teológica perfecta".
Una entrevista que, en opinión del vaticanista Jacopo Scaramuzzi, quien conversó con Müller, refleja "lo que piensan también otros [cardenales] que, aunque no sean tan visibles, también creen que Francisco ha ido demasiado lejos con sus reformas, que ha abierto demasiadas puertas con los gays, con el Islam, con China". Por eso, de cara al cónclave, "lo que habrá que descubrir es cuántos son estos cardenales, ya que solo algunos nombres se conocen, como [los ultraconservadores y ambos electores] Robert Sarah, de Guinea, y Raymond Leo Burke, de EEUU", explicó Scaramuzzi a EL PERIÓDICO. "Aunque lo cierto es que es posible que, si la Iglesia continúa en la senda de su camino sinodal, es posible que algunos se pierdan, y podrían ocurrir algunos pequeños cismas", añadió.

Decenas de personas despiden al papa Francisco en la Basílica de San Pedro. / AP/LaPresse
Guerra abierta
Una situación, esta, no sorprendente, consideradas las fortísimas tensiones entre Francisco y el bando ultraconservador en los últimos años del pontificado del argentino. En especial, uno de los puntos máximos de esta guerra se alcanzó en 2016, cuando a Francisco le acusaron de herejía y un grupo de cardenales le planteó los Dubia ―petición de aclaraciones sobre asuntos doctrinales― sobre Amoris Laetitia, la exhortación apostólica en la que se abría a permitir la comunión a divorciados. Un grupo en el que estaban, además de Müller y Burke, también los también alemanes Walter Brandmüller y Joachim Meisner (el primero hoy no elector, el segundo fallecido).
No obstante, Francesco Peloso, vaticanista de larga data, considera que aún no está clara la estrategia que los conservadores seguirán para (intentar) imponer a su candidato durante el cónclave. 'Es probable que busquen a un candidato que no perciban como demasiado progresista, pero que tampoco se aleje demasiado de sus ideas; un moderado, en síntesis', afirma Peloso a este diario.
Una opinión que, en sentido muy amplio, parece paradójiamente compartir el arzobispo italiano Carlo Maria Viganò, excomulgado en 2024 por El Vaticano por "el rechazo a reconocer y someterse al Sumo Pontífice". Según Viganò, muy activo en estos días en redes sociales, "la muerte de Bergoglio cristaliza, por así decirlo, una situación de ilegitimidad difundida". "De los 136 cardenales electores, 108 han sido "creados" por él; lo que significa que la autoridad de cualquier papa que sea elegido en el próximo cónclave estará perjudicada por haber sido elegido por falsos cardenales, creados por un falso papa", ha llegado a decir, poniendo en duda al propio cónclave.
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