Gobierno conservador

Bruno Retailleau, el peso pesado de la derecha más dura en el Gobierno de Francia

El ministro del Interior de Barnier es conocido por sus posiciones firmes contra la inmigración y a favor de reforzar los controles de fronteras en la UE

First cabinet meeting of new French government

First cabinet meeting of new French government / Teresa Suarez

Leticia Fuentes

Leticia Fuentes

Su promesa de usar "todas las herramientas" para frenar la migración ha despertado importantes críticas en su primera semana como ministro del Interior de Francia. Bruno Retailleau es una figura destacada en la política conservadora francesa, particularmente dentro del partido Les Républicains

Aunque el nuevo gobierno de Emmanuel Macron no ha anunciado una hoja de ruta (se espera que lo haga el primer ministro el próximo 1 de octubre), el nuevo ministro del Interior ya ha dado algunas pinceladas de cómo afrontará este nuevo reto: "poner freno" al "desorden migratorio", y volver hacer de Francia "el país más atractivo de Europa". “Tengo tres prioridades: restablecer el orden, restablecer el orden, restablecer el orden. Creo en el orden como condición de la libertad. Cuando no lo hay, la libertad está amenazada”, afirmó nada más entrar en la sede ministerial.

Para ello, según explicó en una entrevista para la cadena pública TF1, ya prepara una ley que, entre otras cosas, endurezca la ayuda sanitaria a los migrantes irregulares. El nuevo ministro tardó menos de 48 horas en el cargo para abordar el tema que más le gusta, la inmigración. Tras hacerlo, empezaron las críticas. "Es absurdo. Los virus no miran los papeles de la gente", criticó la insumisa Mathilde Panot, sobre los riesgos que conlleva esta reforma para la salud de todos los franceses.

Retailleau tiene los objetivos claros. Unas ideas que casan con las de muchos franceses hastiados del aumento de la inseguridad en Francia y de los problemas con la migración ilegal. “Mi convicción está clara: la inmigración, cuando no está controlada, no es una oportunidad para nadie; ni para Francia, ni para los inmigrantes. El verdadero problema es el número. Demasiado es demasiado", afirmó en su primera entrevista para Le Figaro. "El año pasado, si contamos los primeros permisos de residencia y los solicitantes de asilo, Francia acogió a 470.000 extranjeros adicionales, el equivalente a la ciudad de Toulouse, sin contar las entradas ilegales". 

No solo la migración, Retailleau ha defendido la importancia de los valores familiares tradicionales, como también ha criticado duramente la eutanasia y el aborto, posiciones que coinciden con su catolicismo, pero que le alejan de las ideas modernas del presidente, quien desde hace meses trabaja por la “ley del fin de la vida”, que permita a personas con enfermedades terminales o crónicas decidir sobre su final.

Anclado en la derecha más conservadora

Retailleau es uno de los pesos pesados de Los Republicanos (LR, derecha) en el Senado desde 2014, y durante años ha atacado importantes propuestas presentadas por el macronismo. Su fichaje genera dudas entre algunos pero esperanza entre otros. "No sé. Quizás, este dinosaurio de la derecha conservadora, de la vieja escuela, es lo que necesita Francia”, cuenta Anne, una vecina de Grenoble, a EL PERIÓDICO. Afirma estar cansada de la inseguridad de la zona y confiesa que ha pensado en mudarse tras los últimos altercados en la ciudad. 

Retailleau no es una figura nueva en el panorama político. Durante años ha estado tras el ojo del huracán. En 2016, fue director de campaña de François Fillon en las primarias presidenciales de Los Republicanos, y en 2022, fue propuesto dentro del partido como uno de los candidatos perfectos para presentarse a las elecciones presidenciales, pero finalmente no se postuló y prefirió darle su apoyo a Valérie Pécresse, que fue la candidata del partido. 

Algunos creen que su perfil conservador no encaja con los aires de política moderna que ha vendido todos estos años el presidente Macron. Aunque sí que encaja con el nuevo aire que quiere dar a la política francesa Michel Barnier. “Menos comunicación y más trabajo”, dijo nada más asumir el cargo de primer ministro. 

Ahora, su perfil conservador ha provocado ciertas reticencias entre la anterior cúpula del gobierno. El exprimer ministro Gabriel Attal ha pedido a Barnier que se respeten los derechos de las mujeres, en referencia al aborto, y los derechos de la comunidad LGTBIQ+.

El asesinato de Philippine, su primera polémica

El pasado 20 de septiembre, Philippine, una joven universitaria de 19 años no volvió a casa después de una fiesta. Después de que los padres alertaran sobre su desaparación y tras varias horas de búsqueda, su cuerpo fue encontrado semienterrado en el bosque de Boulogne (París) con signos de asfixia. 

Un par de días después, la policía suiza detuvo a su asesino en Ginebra. Un hombre marroquí de 22 años, que ya había cometido otra violación cuando era menor de edad y que, tras varios años en la cárcel y una orden de expulsión, el trámite entre Francia y Marruecos se demoró y, durante ese tiempo, asesinó a Philippine. 

De nuevo, este suceso ha incendiado las calles de Francia avivando el debate sobre el control migratorio y el endurecimiento de las leyes, incluyendo la ordenes de expulsión que se alargan en el tiempo. Un debate que cae sobre los hombros del nuevo ministro del Interior, quien promete acabar con todos estos sucesos. 

"Ante semejante tragedia, precedida por muchas otras, no podemos simplemente deplorarla o indignarnos. Depende de nosotros, los funcionarios públicos, rechazar el destino y desarrollar nuestro arsenal jurídico para proteger a los franceses", avisó Retailleau en un comunicado.

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