Polémica en Reino Unido

Lineker, la BBC y las pateras del Canal de la Mancha: claves para entender el último 'lío británico'

La controvertida ley 'anti inmigración' de Sunak puede acabar dañando la imagen de la BBC después de que la cadena expulsara al futbolista por criticar al Gobierno

Gary Lineker, se prepara para transmitir un partido de fútbol para televisión de la BBC.

Gary Lineker, se prepara para transmitir un partido de fútbol para televisión de la BBC. / REUTERS

Juan Fernández

Rishi Sunak, inquilino del 10 de Dowing Street desde que sustituyera a Liz Truss al frente del Gobierno británico hace apenas cinco meses, daba por descontado que su última ocurrencia para hacer frente a la inmigración ilegal, tradicional obsesión de las filas conservadoras que el Brexit no ha logrado frenar, iba a resultar polémica. Pero lo que ni él ni su ministra del interior Suella Braverman esperaban es que la medida iba a tener una derivada televisiva y futbolística que puede acabar llevándose por delante a la cúpula de la BBC, y quién sabe si hasta a la propia ley.

De momento, ya le ha costado el puesto al ex futbolista Gary Lineker, presentador del popular programa deportivo de la cadena pública 'Match of the day' hasta este pasado jueves, día en que la cadena pública decidió sacarle la tarjeta roja por haber comparado la política migratoria del ejecutivo conservador con la del régimen nazi. 

Como si se tratase de uno de aquellos vodeviles televisivos que solía facturar la BBC en los años 80, el lío no ha parado de crecer en las últimas horas. El asunto tiene muchas claves y variables, y un desenlace que de momento parece incierto.

La ley que encendió la mecha

Al grito de “Es suficiente, tenemos que parar los botes”, la ministra del Interior, hija de emigrantes africanos, anunciaba el pasado martes, 7 de marzo, una nueva ley para intentar frenar la llegada de pateras cargadas de inmigrantes a las costas inglesas a través del Canal de la Mancha. En 2022, hasta 45.000 personas arribaron de esta forma hasta suelo británico. 

El problema es antiguo, pero las medidas que contempla la nueva ley son inéditas y, en opinión de muchos, impropias de un país occidental que respeta los Derechos Humanos, ya que niega el asilo político a las personas que accedan al país por esta vía, sea cual sea su situación, y propone la deportación inmediata de estos migrantes a estados como Ruanda, considerado “país seguro” por el ejecutivo ‘tory’. 

Además, el nuevo reglamento prohibirá a estas personas solicitar asilo político en el futuro y su aplicación tendrá efectos retroactivos, por lo que podría aplicarse a inmigrantes que ya están en Reino Unido y que llegaron a la isla en patera.

Lineker, la ministra y la Alemania nazi

El proyecto de ley del Ejecutivo conservador provocó inmediatamente una oleada de críticas, pero la más sonada fue la del ex futbolista inglés Gary Lineker, que presenta desde hace 24 años el popular espacio deportivo 'Match of the Day' de la BBC. A través de su cuenta de Twitter, el deportista tachó la medida de “horrible y cruel”, recordó que Reino Unido recibe cada año muchos menos inmigrantes que otros países europeos y comparó la política migratoria impulsada por la nueva ministra del Interior con “la utilizada por Alemania en los años 30”. Para más inri, se da la circunstancia de que el marido de Suella Braverman es judío.

Los conservadores piden la cabeza del futbolista

La alusión a los nazis escoció en las filas ‘tories’, que no tardaron en afeárselo en las redes y a través de declaraciones públicas. El diputado Jonathan Gullis le advirtió: "Su trabajo consiste en hablar de fútbol, no de política". Lee Anderson, vicepresidente del Partido Conservador, formación que tiene en su punto de mira a Lineker desde que este mostrara su oposición al Brexit, le recordó que debería limitarse a dar los resultados de los partidos "y promocionar patatas fritas", en referencia a uno de sus patrocinadores. Hasta la propia ministra del Interior tachó sus comentarios de “irresponsables” y le exigió que moderase su lenguaje, recordándole que trabajaba en una cadena pública.

La alusión a su condición de rostro conocido de la BBC no es baladí, ya que la emisora obliga por contrato a sus presentadores a abstenerse de comentar asuntos gubernamentales que sean ajenos a su ámbito de trabajo. Apelando a ese compromiso, el diputado conservador Craig Mackinlay sugirió el despido del exfutbolista.

Lineker a la calle: se arma el gran lío

El rifirrafe acabó saltando por los aires el viernes, 48 horas después del ya famoso tuit del futbolista, cuando la BBC anunció su despido inmediato al frente del programa que lleva presentando desde 1999. La medida, entendida por muchos analistas y espectadores como una “inadmisible cesión" de la cadena pública a las presiones del partido conservador y del Gobierno, provocó una avalancha de reproches contra la BBC en las redes y una rebelión de varios de sus figuras más populares, como los también ex futbolistas y comentaristas Ian Wright y Alan Shearer, compañeros de plató de Lineker, que anunciaron su retirada del programa en solidaridad con su compañero.

La BBC, en el punto de mira

Lo que empezó el martes con una discutible ley migratoria, cinco días más tarde se ha convertido en una crisis de reputación de la BBC de consecuencias impredecibles. La decisión de apartar de su programa a Lineker, ídolo de masas entre los británicos, se ha acabado volviendo contra la dirección de la cadena pública, tradicionalmente elogiada por su imparcialidad e independencia, pero que ahora es acusada de operar a las órdenes del Gobierno.

La portavoz laborista de Economía, Rachel Reeves, tachó la expulsión del futbolista de “medida desproporcionada” y el ex director de la BBC, Greg Dyke, la consideró “un error” que ha dañado a la credibilidad de la cadena. 

La polémica ha subido tanto de tono que el propio primer ministro, Rishi Sunak ha tenido que intervenir para advertir que el futuro del presentador “es asunto de la BBC”, y no del Gobierno.

Lejos de mermar, el litigio crece por horas y ahora apunta al director de la emisora, Tim Davie, quien ha tenido que pedir disculpas a los espectadores, a los que ha prometido un acuerdo que permita el regreso de Lineker a su espacio televisivo. El directivo ha confirmado que, al menos de momento, descarta dimitir

Caso de producirse, su caída sería la última pieza que se cobraría una ley que aún debe discutirse en el Parlamento británico, y el postrero episodio de un vodevil político-televisivo que a estas horas dista de resolverse.

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