Crisis en el país sudamericano

Fernández de Kirchner asegura que en Argentina no rige un "estado democrático constitucional"

Un día después de conocerse los fundamentos de su condena a seis años de prisión, la vicepresidenta asegura que no funcionan los poderes de la república

La vicepresidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner.

La vicepresidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner. / EFE

Abel Gilbert

"¿Cómo estamos hoy a 40 años de la democracia? En Argentina parece que ni siquiera los tres poderes (de la república) funcionan". Cristina Fernández de Kirchner se demoró apenas un día en responder a la divulgación del fundamento de la condena a seis años de cárcel e inhabilitación permanente para ejercer cargos públicos en el marco de una causa por corrupción en la obra pública durante sus Gobiernos (2007-15). La sentencia, dijo, es el resultado del peso que tiene en este país lo que denominó como el "partido judicial", una "mafia" que opera en alianza con la oposición de derechas, y que está detrás de una sentencia escrita sin "ninguna prueba" , y cuyo único objetivo, aseguró, "es la proscripción".

Fernández de Kirchner recibió un doctorado honoris causa en una universidad patagónica. Su intervención cosechó aplausos de sus seguidores, especialmente cuando dijo que "no estamos en un Estado democrático constitucional". Sin embargo, no ofreció definiciones sobre su papel de cara a los comicios de octubre. Si bien ella volvió a considerarse "proscrita", el kirchnerismo insiste en levantar su candidatura como única posibilidad de frenar el retorno de la derecha al poder en diciembre. La oposición asegura que ella podría presentarse a cualquier cargo electivo porque la sentencia no está firme y todavía hay dos instancias judiciales por recorrer.

Para la vicepresidenta, la condena y el intento de magnicidio son episodios convergentes. Con el atentado, repitió, "se rompió el pacto democrático" que funcionaba desde el retorno de las instituciones democráticas, en 1983. Cuando se dejó atrás el ciclo de horror de la última dictadura, se generó el consenso de que "no se podía ni siquiera pensar en que la supresión del adversario". La noche del 1 de septiembre en que trataron de dispararle en dos oportunidades se inauguró otro momento político en Argentina. "Odié ser protagonista de eso". La vicepresidenta apuntó contra María Eugenia Capuchetti, la jueza encargada de investigar ese episodio. Los abogados de Fernández de Kirchner han impugnado su desempeño por la negativa a investigar a los responsables intelectuales del fallido magnicidio.

El peso del endeudamiento

La vicepresidenta realiza intervenciones esporádicas durante las cuales desliza críticas, a veces veladas, otras explícitas, hacia el Gobierno del que forma parte y que encabeza Alberto Fernández. Una de las razones del distanciamiento está relacionada con los términos del acuerdo al que se llegó con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para refinanciar una deuda de 45.000 millones de dólares contraídos por la anterior administración de derechas. Ese entendimiento supuso un fuerte ajuste en la economía que provocó fuerte descontento social.

"No hay catástrofe más grande para la Argentina que el endeudamiento que se produjo en el gobierno entre 2015 y 2019", dijo. A su criterio, el peronismo y sus adversarios no tienen otra salida que la de reclamar en conjunto otra refinanciación de ese enorme pasivo. "Se van a tener que revisar las condiciones en las que se firmó el acuerdo con el FMI. Revisar, no para no pagar, sino para poder crecer".

A su vez, advirtió sobre las consecuencias que traería que Argentina adopte el dólar como moneda. Esa es la propuesta del candidato de extrema derecha, Javier Milei, por ahora tercero en las encuestas. "De producirse una dolarización, el gran sacrificio recaerá en las clases medias argentinas. El empobrecimiento no va a tener límite. Tenemos que pensar un poco más, no podemos seguir comprando más espejitos de colores".

El espejo peruano

El peronismo no tiene por ahora un candidato competitivo en las elecciones de octubre. Los sondeos auguran que sería derrotado por cualquier opción conservadora en un segundo turno. "Le tengo temor a la fragmentación política", expresó Fernández de Kirchner y puso como ejemplo la inestabilidad política e institucional en Perú. "En 2011, dos partidos políticos tenían allí el 65% de los votos. Hoy ningún candidato llega a más del 20". Parte de los argentinos, que le ha dado la espalda al oficialismo en las parlamentarias de 2021, "sigue convencida de que los políticos son los malos". Sin embargo, remarcó, son las medidas económicas las que alejan a la sociedad de los gobernantes.