Tensión en los Balcanes

¿Qué hay detrás de la enésima crisis en Kosovo?

Agentes de la policía de Kosovo patrullan una zona del norte de la ciudad de Mitrovica.

Agentes de la policía de Kosovo patrullan una zona del norte de la ciudad de Mitrovica. / Reuters

Irene Savio

Las siempre difíciles relaciones entre Kosovo Serbia se han vuelto a tensar en los últimos días por las protestas de decenas de serbokosovares en el norte de Kosovo, algunos de los cuales se han enfrentado a tiros con la policía kosovar y han levantado barricadas en protesta contra el Gobierno de Pristina tras el arresto de un expolicía serbokosovar, en una escalada de tensión de consecuencias aún difíciles de predecir en esta región todavía martirizada por las secuelas de las guerras ocasionadas por la disolución de Yugoslavia en los años 90.

¿Qué ha provocado el último encontronazo entre Belgrado y Pristina?

Las tensiones de Belgrado y Prístina, la capital kosovar, se remontan a las guerras provocadas por la desmembración de Yugoslavia de los años 90, que en esta región culminaron con la guerra de 1998-1999. Este conflicto se detuvo finalmente con el bombardeo de la capital serbia por parte de la OTAN, que intervino a favor de la mayoría albanesa de Kosovo. Tras este episodio, los líderes kosovares declararon unilateralmente la independencia de Kosovo de Serbia en 2008, pero varios países en el mundo (entre ellos, España) y Belgrado nunca han reconocido la legitimidad de la declaración. Lo que, desde entonces, ha mantenido en el filo de navaja la relación entre Kosovo y Serbia y ha contribuido a bloquear el ingreso de ambos países en la Unión Europea.

En este contexto, en el último año, se ha producido una nueva escalada por la decisión de Prístina de exigir que todos los vehículos que circulan en el país tengan matrículas de Kosovo, algo que rechazan alrededor de 50.000 serbokosovares. El argumento de Kosovo es que tampoco Belgrado reconoce los documentos que expiden ellos, por lo que se trataría de una decisión motivada por el principio de reciprocidad

Aún así, hace semanas, el alto representante de Política Exterior de la UE, Josep Borrell, anunció que Pristina había finalmente aceptado la petición de la UE de suspender sus planes de multar a los vehículos con matrículas serbias y que Belgrado se había comprometido a no emitir más estos documentos. Pero el anuncio de las autoridades kosovares de querer convocar en breve nuevas elecciones locales en los municipios de mayoría serbia ha desenterrado nuevamente la crisis. Tanto es así que en las últimas horas, Pristina anunció que estos comicios serán postergados, aunque los efectos de este anuncio son aún inciertos.

¿El nacionalismo está reapareciendo en Kosovo y Serbia?

La realidad es que nacionalismo radical nunca se ha ido del todo de ninguno de los dos países. Tanto el presidente de Serbia, Aleksandar Vučić, como el primer ministro de Kosovo, Albin Kurti, son claramente nacionalistas. Kurti es líder del partido Vetevendosje y defiende abiertamente la idea de que Kosovo pueda unirse un día a Albania. Lo dijo claramente el año pasado en una entrevista en la BBC, durante la que defendió la posibilidad de que en el futuro pueda celebrarse en Kosovo un referéndum popular sobre el asunto. “Es una injusticia que ese referéndum no se haga”, dijo Kurti. Por su parte, el serbio Vučić, quien trabajó como ministro de Información del Gobierno de Milosevic, volvió a ganar las elecciones en abril pasado, imponiéndose a la coalición proeuropea y centrista Unidos para la Victoria de Serbia. 

¿Quiénes son los serbokosovares?

Es el segundo grupo étnicolingüístico que existe en Kosovo tras la mayoría albanokosovar (90%). Se trata de una minoría cuya población ha ido disminuyendo desde la guerra de los noventa y que vive en enclaves, separada del resto de la población. Su vínculo con Serbia es muy fuerte también pues en Kosovo se ubican algunos de los monasterios ortodoxos más importantes en el mundo, muchos de los cuales son protegidos por las misiones internacionales presentes en el país para garantizar la paz.

¿Cuál es el papel de Rusia, la OTAN y la UE en el conflicto?

En verdad, la histórica relación entre Serbia Rusia es hoy mucho más compleja que hace años. Por una parte, Serbia ha intentando acercarse en estos años a los países europeos (el país es candidato oficial a la entrada en la UE desde 2009); por otra, las autoridades de este país también han optado por una postura equilibrista en relación con la guerra en Ucrania. Como recordaba hace días el instituto estadounidense Consejo de Relaciones ExterioresBelgrado ha apoyado la resolución de la ONU de condena a la invasión rusa de Ucrania, pero no integra el bloque de países que le aplican sanciones a Moscú y Vučić incluso cerró en mayo un acuerdo energético con Rusia (para recibir unos 2200 millones de metros cúbicos de gas en los próximos tres años). Esto contribuyó a alimentar la retórica del primer ministro kosovar Kurti de que, detrás de la inestabilidad en los Balcanes, estaría Putin. Pero Vučić no parece el mismo aliado de siempre de Rusia y la razón es que muchos nacionalistas serbios ven con malos ojos que Moscú haya justificado sus anexiones citando el caso kosovar, como explicaba en junio también el instituto Carnegie. Otro aspecto es que, desde la invasión de Ucrania, la misión de mantenimiento de la paz de la UE en Bosnia y Herzegovina (EUFOR) casi ha duplicado sus fuerzas. Y esto ha coincidido con la petición de algunos defensores de la expansión de la OTAN de que es el momento adecuado para que Kosovo entre en esta alianza.

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