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'Midterms' 2022

Elecciones EEUU: los republicanos se refuerzan en la recta final de la campaña explotando el miedo al crimen

La inseguridad se dispara como una de las mayores preocupaciones de los votantes | El partido de Biden trata de revertir ataques salpicados de racismo y volver el foco al control de armas

Un policía de Memphis, en una escena de crimen en Whitehaven, Tennessee. REUTERS

Un hombre golpea y tumba a un anciano que pasea por la calle. Otro dispara a una víctima que estaba con dos niños. Cuatro encapuchados roban una joyería tras romper a martillazos el escaparate. Tiros en la puerta de una "bodega". Un ladrón grabado por la cámara de seguridad a punto de entrar en una casa. Una violenta pelea en el metro. "El 8 de noviembre vota como si tu vida dependiera de ello. Puede que lo haga", dice una voz en off.

El anuncio de 30 segundos lleva semanas emitiéndose en las televisiones locales de Nueva York. Lo ha pagado la campaña de Lee Zeldin, el candidato republicano a gobernador que en las elecciones legislativas de la semana que viene trata de sacar del cargo a la demócrata Kathy Hochul. Está salpicado de polémicas, desde por usar la imagen de un incidente que tuvo lugar en California hasta por emplear otras de sucesos anteriores a que Hochul llegara al puesto o por incluir la de un hombre negro en una crisis mental que no llevaba un arma sino una pieza de metal y luego recibió cinco disparos de la policía. Y está funcionando.

Por primera vez desde que en 1994 el republicano George Pataki dio la sorpresa y sacó de Albany al patriarca Mario Cuomo, los demócratas enfrentan serias posibilidades de perder el gobierno de Nueva York, y de sufrir una debacle en las carreras a la Cámara Baja en un estado que Joe Biden ganó en 2020 por 23 puntos. La cómoda ventaja de más de 16 puntos que Hochul llevaba en septiembre gracias a la movilización de votantes contra la decisión del Supremo de derogar la protección constitucional al derecho al aborto y por la cercanía de Zeldin a Donald Trump se ha ido reduciendo a pasos agigantados. Y una de las claves de ese giro ha sido el foco que el republicano ha puesto en el crimen y la inseguridad.

 Zeldin no está solo. En numerosas carreras en todo el país, y siguiendo un manual clásico, los republicanos reiteran como uno de sus mensajes centrales las denuncias de la supuesta responsabilidad de los demócratas en el deterioro de la seguridad, real o percibido, y las acusaciones de que son "blandos con el crimen". Y es un mensaje que resuena entre los ciudadanos, que según las encuestas colocan el crimen como el segundo asunto más importante tras la inflación y la situación de la economía y en algunos lugares, como Nueva York, incluso como el primero. Según los sondeos, los votantes creen también que los republicanos son más capaces de combatir el problema.

Deterioro y percepción

Aunque los índices de criminalidad en EEUU y en grandes ciudades como Nueva York están muy por debajo de los que se registraban en los años 90 del siglo XX, empezaron a subir durante la pandemia. La falta de datos unificados a nivel nacional hace difícil determinar las cifras exactas, pero lo seguro es que la percepción de que la situación empeora y las ansiedades son reales. Y según un sondeo de Gallup, el 56% de la población cree que hay más crimen donde viven (el nivel más alto registrado desde 1972) y el 78% está convencido de que ha subido en el país.

 Esa sensación creciente de inseguridad fue, de hecho, central para que el demócrata Eric Adams, exagente de policía que prometió mano dura con el crimen, ganara el año pasado la elección a la alcaldía neoyorquina. Y aunque en la urbe los homicidios han caído este año un 14% y los tiroteos un 13%, el crimen violento ha subido un 34%, con un 38% más de atracos y 32% más de robos.

El problema no es solo, como tratan de denunciar los republicanos, de grandes urbes o estados gobernados por demócratas. En Oklahoma, por ejemplo, se registraron el año pasado el doble de asesinatos que en California o en Nueva York. Pero es innegable que existe preocupación, y que hay descontento también con algunas políticas progresistas que los republicanos denuncian, como los esfuerzos por reformar la justicia penal o el sistema de fianzas, un descontento que quedó expuesto este verano cuando una votación ciudadana sacó de su cargo al fiscal general progresista de San Francisco.

Los republicanos vinculan también el deterioro de la seguridad con los esfuerzos que hubo tras las protestas por el asesinato de George Floyd por reformar o recortar la financiación de la policía. Se apoyan en un ecosistema mediático conservador que alimenta sus tácticas de miedo con una cobertura intensificada de sucesos (FoxNews, por ejemplo, ha dedicado al crimen el doble de tiempo que las cadenas de la competencia desde que Biden llegó a la Casa Blanca). Y empuñan de nuevo polémicas herramientas de su manual, como teñir sus mensajes de racismo.

En Wisconsin, por ejemplo, los anuncios contra Mandela Barnes, el vicegobernador y candidato demócrata al Senado, que es negro, lo han tildado de "diferente" y "peligroso" (uniendo su imagen a las de las congresistas Alexandria Ocasio-Cortez, Ilhan Omar y Rashida Tlaib). Y en un mitin en Nevada por candidatos republicanos en el que participaba junto a Trump, el senador de Alabama Tommy Tuberville aseguró que los demócratas son "pro-crimen" y quieren dar "reparaciones (la compensación económica que se debate dar a los descendientes de esclavos) a la gente que comete el crimen".

Respuesta demócrata

Los demócratas han reaccionado, en algunos casos como el de Hochul en Nueva York tarde, para tratar de defenderse de los agresivos ataques y subrayar sus logros o medidas en la lucha contra el crimen y, también, las incongruencias republicanas. Denuncian mentiras y racismo y, sobre todo, la oposición de los conservadores a regular las armas de fuego. Y subrayan la incoherencia de que se retraten como un partido de ley y orden cuando a la vez minimizan el asalto al Capitolio, donde la turba atacó violentamente a la policía. "No me digas que apoyas a las fuerzas del orden si no condenas lo que pasó el 6 de enero", dijo Biden en un discurso en agosto.

La pujanza del crimen y la inseguridad como asunto central en este ciclo electoral se puede también ratificar siguiendo el rastro del dinero. Según un análisis de datos de AdImpact de CNN solo en las tres primeras semanas de octubre el campo republicano invirtió en anuncios centrados en este tema 64,5 millones de dólares, una cuarta parte del total gastado en publicidad, mientras los demócratas les dedicaron 58 millones (el 15%).

Quien se impone se determinará en las urnas pero lo seguro es que el crimen jugará un papel decisivo no solo en Nueva York. Ha cobrado un lugar central en la carrera por el gobierno de Oregón, que los demócratas podrían perder por primera vez desde 1982, y es vital también en Wisconsin o en la también decisiva lucha que libran el demócrata John Fetterman y el republicano Mehmet Oz por el Senado en Pensilvania.

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