El XX Congreso del Partido Comunista de China (PCCh) terminó el sábado tras una semana de cumbres a puerta cerrada que marcan el inicio de un nuevo ciclo político para los próximos cinco años en el gigante asiático.

Aunque su carga es principalmente política e ideológica, la economía también ha estado presente a lo largo de las últimas jornadas. Estos son los hechos más destacados, a nivel económico, que deja el cónclave:

Crecimiento de calidad y de "autosuficiencia" tecnológica

El discurso con el que el líder del PCCh y del país, Xi Jinping, dio el pistoletazo de salida al Congreso no fue especialmente sorprendente desde el punto de vista económico, pero sí reiterativo en ideas que ya venían cociéndose en los últimos meses o años.

Ante la desaceleración de la economía, Xi incidió en que el país no debe tratar de conseguir un crecimiento rápido a toda costa sino uno de "alta calidad", para lo que reclamó un aumento de la demanda nacional o reforzar la seguridad de las cadenas industriales y de suministro.

El secretario general del PCCh también efectuó hasta seis menciones a la "autosuficiencia" tecnológica, término que no figuró en su discurso durante el Congreso de 2017, lo que demostraría que se trata ahora de un cuestión prioritaria en el marco de la guerra comercial con Estados Unidos, que se ha expandido a otras áreas clave como los semiconductores.

¿"Regular" la acumulación de riqueza?

Más allá del incipiente lema de la "prosperidad común", uno de los puntos del discurso de Xi que más llamó la atención de los expertos fue la promesa de "regular" la acumulación de riqueza y de "ajustar" los ingresos "excesivos".

"Es la primera vez que le oímos hablar de un mecanismo para regular la acumulación de riqueza. No está claro en qué se traducirá en la práctica, pero podría tener grandes implicaciones para los ricos y para los que aspiran a ser ricos", apuntan desde la consultora Trivium China.

Según el análisis de Trivium, en los próximos meses se irán conociendo más detalles sobre esta iniciativa, pero no se esperan "acciones drásticas" a corto plazo debido a que el Partido no quiere ahuyentar a los "creadores en potencia de riqueza y crecimiento" en un momento en el que la economía nacional se encuentra "en graves apuros".

China no publica su PIB, pero habla de recuperación

El día 14, la Administración General de Aduanas del país asiático faltó a su anunciada cita con los datos del comercio exterior de septiembre, lo que levantó unas sospechas que se confirmaron el lunes cuando, de manera abrupta y sin explicaciones, la Oficina Nacional de Estadística (ONE) pospuso indefinidamente la publicación de los datos del PIB del tercer trimestre.

Esto activó las alarmas incluso pese a que las perspectivas eran positivas (crecimiento intertrimestral del 3,5 % tras la contracción del 2,6 % entre el primer y el segundo trimestre), pero la razón podría ser mucho más mundana: según fuentes citadas por Bloomberg, los altos cargos que deben firmar la autorización para publicar los datos estaban aislados por las medidas anti-covid que rodean al Congreso, imposibilitándoles el acceso a los documentos físicos.

El mismo lunes, el primer ministro, Li Keqiang, quiso despejar las dudas al asegurar que la economía china está "tendiendo al alza y recuperándose", un mensaje que reiteró el subdirector de la Comisión Nacional de Reforma y Desarrollo, el principal órgano de planificación económica del país.

Los bancos estatales prometen más apoyo

El día que arrancó el Congreso, después de que Xi anunciase más apoyo a las pymes y a la "economía real", los principales bancos estatales del país publicaron prácticamente al unísono comunicados en los que atendían al llamamiento.

El mayor banco del país y uno de los más grandes del mundo, ICBC, destacó los 5 billones de yuanes (690.000 millones de dólares, 706.000 millones de euros) que ha destinado a inversiones y nueva financiación en los tres primeros trimestres, "ayudando a estabilizar la economía a nivel general".

La entidad se comprometió a cumplir con el "papel como pilar" que le corresponde por su tamaño y a "incrementar todavía más el apoyo a la economía real", promesa que también hicieron otros pesos pesados como China Construction Bank, que avanzó que "acelerará" la concesión de nuevos créditos.

El 'covid cero' sigue vigente

Según la mayoría de analistas, la estricta política de tolerancia cero con la que China ha afrontado la pandemia de la covid-19 ha sido uno de los factores que han lastrado todavía más una economía nacional que ya mostraba signos de desaceleración en los últimos años.

Sin embargo, ni el discurso de Xi ni las comparecencias de los portavoces del PCCh han dejado entrever un cambio de estrategia, y la consultora Capital Economics ya sitúa en 2024 sus pronósticos de una retirada significativa de restricciones debido a la baja tasa de vacunación entre los ancianos, vulnerables frente al coronavirus.

Pese a todo, hay algunas señales positivas: las principales aerolíneas chinas ya han anunciado una tímida reanudación de algunas rutas internacionales, y algunas informaciones apuntaron a que el Congreso habría debatido si reducir la cuarentena obligatoria al llegar al país de los actuales 10 días a 7, un extremo que no han confirmado las autoridades.

Sin optimismo en las bolsas

Las bolsas chinas han acusado en los últimos tiempos las perspectivas negativas sobre la economía china y las agresivas subidas de tipos en Estados Unidos, que amenazan no solo la inversión en renta variable sino también la valoración del yuan frente al dólar, que alcanzó niveles mínimos desde 2008.

El Congreso del PCCh no ha conseguido revertir el pesimismo entre los inversores, ya que, a lo largo de la semana, la Bolsa de Shanghái perdió un 1,08 % y la de Shenzhen, un 1,82 %; el índice CSI 300, que engloba a las 300 principales compañías de estos dos mercados, cedió un 2,59 %.

Por su parte, el referencial del parqué de Hong Kong, el Hang Seng, cedió un 2,27 % y finalizó la semana en su nivel más bajo desde abril de 2009.