Hace ya casi cuatro años de que Pedro Sánchez anunció que reconocía “oficialmente” a Juan Guaidó como presidente “encargado” de Venezuela. Lo mismo hicieron otros 50 países, entre varios de la Unión Europea y Estados Unidos. El “encargo” era el de convocar “en el menor tiempo posible” unas elecciones presidenciales libres. No ha ocurrido. Ahora, Sánchez elude la cuestión de si sigue reconociéndolo a él -o a Nicolás Maduro- como presidente y habla de “dualidad institucional”.

El Periódico de España, del grupo Prensa Ibérica, habla con Juan Guaidó Márquez (La Guaira, Venezuela, 1983) sobre este y otros asuntos, como la posibilidad de que la petrolera española Repsol consiga una licencia de explotación como parte de la relajación de sanciones al régimen de Maduro propiciada por Estados Unidos. Atiende a este diario por videoconferencia desde Caracas.

La primera pregunta sería la más obvia: ¿con quién estamos hablando? ¿Con el líder opositor de Venezuela, como le considera el Alto Representante de la UE, Josep Borrell, o con el presidente encargado, como sigue manteniendo Estados Unidos?

Según nuestra Constitución está muy claro: habla usted con el presidente encargado de Venezuela. La otra cara de esa moneda [la Constitución] también es muy clara: señala directamente a Maduro como un dictador. Blanquear a una dictadura para nosotros no es una opción. Relativizar la tragedia que está viviendo Venezuela no es una opción. La defensa de nuestra Constitución es central para la práctica de paz, de democracia y, por supuesto, de la elección presidencial libre y justa que nos debe desde 2018 y por lo cual me reconocen como presidente encargado de Venezuela. 

Cuando Pedro Sánchez, en enero de 2019, dijo que usted era el presidente encargado de Venezuela y que así lo reconocía España, añadió que era hasta la convocatoria de unas elecciones. De eso han pasado ya cuatro años...

Convocar unas elecciones presidenciales es precisamente mi mandato como presidente encargado por el Artículo 12 de nuestra Constitución. Maduro, desde entonces, lo único que ha hecho es recrudecer la persecución. Ha dejado claro que es un líder negativo para Venezuela: un dictador con vínculos con el narcotráfico y el terrorismo mundial. Por eso, la precisión con la cual el presidente Sánchez en su momento hizo referencia al proceso venezolano es la correcta: hasta una elección presidencial. Para nosotros es importante no simplificar un proceso muy complejo que estamos atravesando los venezolanos. Tenemos la población de refugiados más alta del planeta, más que Siria, más que Ucrania... Y la solución es precisamente esa elección presidencial que nos deben. Y que se respete la expresión mayoritaria de los venezolanos. 

Sánchez ha eludido, en una entrevista en Radio W Colombia, calificar a Maduro de dictador o decir si es usted o Maduro el presidente de Venezuela…

No escuché la entrevista, pero la respuesta es obvia: Maduro es un dictador. Es muy doloroso estar aquí en Caracas y ver que se tarda tanto tiempo en llamar dictador a un dictador. Y es doloroso porque se paga con vidas. Por eso Maduro está señalado por delitos de lesa humanidad en un desgarrador informe de la misión Independiente de verificación de delitos de lesa humanidad de la ONU. Describe torturas que solamente imaginábamos en blanco y negro, del siglo pasado [...].

Pero Pedro Sánchez ya no tiene la postura clara que expresó en 2019, por eso le pregunto por su visión al respecto...

Es una decisión del presidente Pedro Sánchez y de España [...] la petición es sencilla: ser llamado como lo que soy y que se acompañe el proceso democrático de búsqueda de una elección presidencial libre y el reconocimiento de nuestra Constitución y del Parlamento del 2015 y del presidente encargado. 

¿Ha hablado con usted en algún momento reciente Pedro Sánchez?

No he hablado recientemente con el presidente Sánchez. 

¿Y en algún momento de estos casi cuatro años?

Sí, claro que hemos conversado en estos cuatro años. 

¿Recuerda cuándo fue la última vez?

No recuerdo, pero creo que fue el año pasado. 

¿Y con el ministro de Exteriores, José Manuel Albares?

Hablé con él antes de que fuera nombrado. Como ministro de Exteriores no me ha llamado todavía.

España no tiene embajador como tal en Venezuela. El jefe de la misión diplomática es Ramón Santos, que figura oficialmente como encargado de negocios. ¿Con él tiene relación?

Sí, con la misión diplomática de España en Venezuela conversamos constantemente. 

¿Y de qué hablan?

De la búsqueda de una solución. Obviamente hay distintas aproximaciones, siempre es así, desde la política a la vida cotidiana. El problema es muy complejo y doloroso, pero también muy obvio [...] se habla de la efectividad de las sanciones, la posibilidad de unas elecciones libres y justas, la posibilidad de un acuerdo a través de México.

El presidente del Gobierno español dice que lo que hay ahora en Venezuela "es una dualidad institucional que tiene que ser resuelta".

La dualidad no es institucional. Pero ciertamente hay un dictador de facto y hay un presidente encargado, lo cual sí genera una situación muy compleja. La cúpula de las Fuerzas Armadas sigue respondiendo a Maduro [...]

Al Gobierno español, ¿qué le pediría, en una frase?

El apoyo a una solución al conflicto en Venezuela. El apoyo para lograr unas elecciones libres y justas en Venezuela para atender la emergencia humanitaria compleja y salvar vidas.

¿Pide un apoyo explícito a su presidencia interina, a usted como presidente encargado?

Sí, pedimos que reconozca a Maduro como lo que es, un dictador, y que nos busquen, nos ayuden y nos apoyen en lograr esas elecciones presidenciales que nos deben a los venezolanos.

Sánchez como “bueno y positivo” que Gustavo Petro, nuevo presidente de Colombia, haya restablecido las relaciones diplomáticas con Venezuela que suspendió el anterior presidente, Iván Duque, cuando usted fue designado. ¿Lo ve bueno y positivo usted también?

Quien cerró la frontera fue Maduro, hace siete años. Quien expulsó a los distintos embajadores de Venezuela fue Maduro. No es algo que hiciera el presidente Duque. El reconoció la presidencia interina y facilitó Estatus de Protección Temporal a 1,8 millones de venezolanos, algo inédito en el mundo en términos de acogida de migrantes y población vulnerable de un país en conflicto [...]

Por entender bien su posición, ¿está usted en contra o a favor del restablecimiento de relaciones diplomáticas?

 Es positivo que se abra el tráfico de vehículos y se regularice el paso de personas en la frontera, claro que sí. Ahora, tener relaciones diplomáticas con una dictadura, ¿es positivo? Pues mire, yo creo que no. El restablecimiento de relaciones diplomáticas con un dictador es muy cuestionable. Hace falta relaciones comerciales sanas entre Colombia y Venezuela. Pero, ¿cómo va a haberla si la balanza comercial, que era de 6.000 millones de dólares, ha pasado a menos de 100 millones de dólares, por la destrucción del aparato económico en Venezuela? Un ejemplo: la única gandola [camión de transporte] que cruzó el puente Simón Bolívar como acto simbólico de apertura sigue retenida en la agencia de aduanas venezolana. Es simbólico.

Tal y como ha descrito a Nicolás Maduro, ¿cómo ve la visita que este martes ha realizado el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero a Maduro?

Desde 2018 nosotros declaramos en el Parlamento Nacional persona non grata a Zapatero, precisamente por sus vínculos con la dictadura. Es más parecido a un lobbista de un régimen dictatorial. Maduro es uno de los pocos aliados de Putin en América Latina. Utilizó a Rusia en su momento para saltarse las sanciones impuestas por violación de derechos humanos y corrupción. Cuando te acercas a Maduro, no solamente te acercas a un violador de derechos humanos; te acercas a alguien que apoya a Putin, te acercas a quien también avala una guerra no solamente injusta, sino dantesca, en Ucrania. No hay margen para la relativización de lo que significa y es Maduro. Mirar hacia otro lado, dejar de caracterizar lo que que es Maduro solamente revictimiza a 30 millones de venezolanos. Se valida así nuestra acción política de declarar a Zapatero persona non grata porque tratamos de evitar que se blanquee a un dictador.

¿Ve posible una transición en Venezuela que incluya el diálogo con Maduro?

Tenemos abierta la posibilidad de un acuerdo a través de la negociación y facilitación del Reino de Noruega. Lo iniciamos hace más de un año, pero ha estado congelado por la acción del régimen. Espero sea reactivado para alcanzar un acuerdo social para atender la emergencia humanitaria provocada por esa misma dictadura. Para nosotros hay una condición sencilla: la de dar una fecha para la elección presidencial. Maduro es minoría, no tiene el poder popular, y lo sabe. Por eso tiene que mantenerse usurpando el poder a sangre y fuego: torturando, persiguiendo, cerrando medios de comunicación…

¿Usted se presentaría a esas elecciones?

Estamos en pleno proceso de reconfiguración de la unidad en Venezuela a través de unas primarias que hemos convocado de la alternativa democrática, para consolidar la unidad en Venezuela, que ya demostró su eficacia para derrotar a la dictadura en 2015 cuando ganamos el Parlamento nacional con una victoria incluso inesperada. [...]

Parece una tarea titánica la de unir a la oposición. Julio Borges, su antiguo aliado, dijo sobre usted: “No hay ruta, no hay unidad y no hay estrategia” y el Gobierno interino “es una casta” que tiene que desaparecer. Henrique Capriles [ex candidato presidencial y opositor] cree que su plan “se ha agotado” y no se puede dar continuidad al gobierno interino, además de acusaciones de mala gestión de los fondos…

Mire, son opiniones personales. Primero Justicia [partido de Capriles] forma parte, no solamente de este proceso de tres o cuatro años, sino también de los últimos doce años en Venezuela, que habíamos consolidado la unidad de forma muy eficaz en el pasado. Con primarias y un acuerdo de gobernabilidad parlamentaria en 2015, para establecer relaciones con todos los partidos políticos. Lo hemos hecho una y otra vez. En esta ocasión no va a ser diferente. En el pasado hemos movilizado al pueblo venezolano [...] Estamos resistiendo, no solamente a las amenazas de una dictadura, sino a torturas, a intentos de silenciar a la oposición, como concluye el informe de Naciones Unidas. Por tanto, es una opinión personal en un momento específico. En Venezuela hay más de 15 partidos políticos dentro de la alternativa democrática. Hemos consolidado la unidad una y otra vez en los últimos años en Venezuela, y esta vez no va a ser diferente. Tengo certeza en eso, y en la derrota de la dictadura.

Usted ha sufrido al menos dos agresiones físicas este año. ¿Teme por su vida? 

Tres, de hecho, este año: funcionarios del régimen que han sido enviados a agredir y a generar violencia física. Pero eso no nos va a detener [...] Pero hemos asumido los riesgos porque Venezuela lo vale. Mi mayor temor es que esta dictadura se perpetúe, que mi hija viva en un país con miedo a lo que va a decir.

Parece que Estados Unidos está relajando su posición sobre las sanciones, y Maduro ha anunciado que se va a permitir emitir licencias de explotación, en particular, para Repsol junto a otras petroleras. Usted, ¿qué les diría?

No hay que decirles sí o no. Es muy sencillo: sin estado de derecho, sin garantías o una infraestructura mínima para hacer cualquier negocio, no solamente petrolero, es posible que puedan extraer algo de petróleo pero no van a poder reinvertir, como necesitamos los venezolanos, para producir en el campo petrolero, en el turismo o en la agroindustria. Hoy Venezuela no es un país petrolero, solo un país “con” petróleo. Las sanciones a las licencias tienen una razón de ser, como las que se han impuesto a Putin. Es como decir que las sanciones que se han impuesto a Putin no deberían haber sido puestas. Es al contrario: hay que ver cómo se le ponen sanciones más eficientes, más específicas. Para que Venezuela vuelva a ser un estado petrolero, hace falta un estado de derecho. ¿Qué me dirías si te dijera que invirtieras los ahorros de toda tu vida en Venezuela? 

Pero Repsol y otras petroleras hacen negocios en países en situaciones muy comprometidas. ¿A usted le parece bien o no tiene opinión sobre que petroleras como Repsol puedan ir a Venezuela?

Tengo una opinión muy firme: uno, el petróleo de maduro no es mejor ni peor que el de Putin. Es petróleo. Pero utilizar petróleo para denigrar al ser humano, o generar guerras, creo que no está bien que un país democrático acceda a negociarlo. Venezuela es un país con petróleo en un momento en el que está muy clara la necesidad energética del planeta entero. Pero, de cara a un acuerdo potencial, hay un gran asterisco con el tema de las licencias: si logramos un acuerdo político que oriente a una solución que facilite el estado de derecho en Venezuela, entonces nosotros estamos de acuerdo con el levantamiento progresivo de sanciones. Pero hay dos condicionales importantes: si hay un acuerdo político que nos lleve a la recuperación del estado de derecho y a unas elecciones presidenciales libres y justas en Venezuela, que además generarán confianza y reinversión en la economía privada, empleos. Con eso sí estamos de acuerdo. Con lo que no estamos de acuerdo es con financiar, directa o indirectamente, a un dictador: ni Maduro, ni Lukashenko, ni Ortega ni Putin.

Y, sin embargo, Estados Unidos ha dado pasos adelante, sin que haya habido esa mejora de las condiciones políticas. Por ejemplo, ha intercambiado prisioneros por otros en Venezuela, algunos con delitos graves…

Pero eso no tiene que ver con el petróleo ni con las relaciones con una dictadura. Este es un dictador que ha secuestrado a ciudadanos americanos. El canje se produce a través del enviado especial para tratar sobre los secuestrados americanos. Esto es el reconocimiento de que Maduro es un dictador. Eso fue un canje.

Cuatro años después de su designación como presidente encargado, ¿por qué cree que va a poder cumplir su misión, cómo lo hará? ¿Es el momento de dar paso a otra persona que tenga más poder unificador?

Para eso están las primarias, la gente va a decidir. El poder, el ejercicio de liderazgo, es una responsabilidad también: mi responsabilidad es lograr unas elecciones libres en Venezuela. Buscar la democracia en nuestro país. No se puede decir que te cansas en mitad de una lucha. Seguimos luchando, y por eso hemos dado pasos adelante y convocado las primarias para que la gente decida por ese liderazgo. No se trata de ungir a nadie. Es un tema de democracia, de que la base nos acompañe para unificar el país. Es un ejercicio muy sano incluso estando en dictadura para lograr la democracia.

En esas primarias, ¿podrán participar los más de 400.000 venezolanos en España?

Sí podrán participar, un venezolano lo es de pleno derecho esté donde esté. Nosotros contamos con todos ellos, y queremos que cuenten.