Sin pistas sobre qué va a ocurrir. Mario Draghi y la política mantenían este martes a ciegas a los italianos sobre el desenlace de la última tormenta política en el país, de decibelios altísimos e indiscreciones contradictorias. El peligro es que en las próximas horas el caos acabe por quebrar al Ejecutivo transalpino, pero ni los últimos sondeos ni las declaraciones cruzadas de las fuerzas políticas permiten aventurar pronósticos definitivos sobre el final de una crisis que también preocupa a la Unión Europea. Tanto es así que ni siquiera las casas de apuestas han llegado a ponerse de acuerdo sobre el desenlace.

Fiel a su proverbial discreción, Draghi ha contribuido en primera persona a este clima de incertidumbre total sobre su futuro como primer ministro italiano. Como viene ocurriendo desde hace días, el exjefe del Banco Central Europeo sigue sin ofrecer pistas de hacia dónde podría decantarse la crisis que abrió el pasado jueves el populista Movimiento 5 Estrellas (M5E), uno de los socios de su coalición. Tras el pesimismo inicial, su entorno ha dejado entrever en las últimas horas que Draghi podría retirar la dimisión que presentó tras el rifirrafe con el M5S por la supuestas divisiones entre esta fuerza y el resto de la coalición a raíz de las últimas medidas gubernamentales. Pero nada ha sido expresado en público.

En la península italiana, los únicos que han sido tajantes en transmitir su voluntad de que el exbanquero siga siendo primer ministro han sido 1.600 alcaldes del país. Uno tras otro han firmado --desde el pasado fin de semana-- una petición para pedirle al mandatario que no abandone su puesto en un momento muy delicado para la economía del país y de Europa. Por el contrario, el único partido de la derecha que no es parte de la coalición gubernamental, Hermanos de Italia de Giorgia Meloni, ha hecho lo opuesto. El momento de fragilidad política ha se observa desde la formación derechista como una oportunidad para pedir nuevamente que las elecciones se celebren antes del final establecido de la legislatura, en la primavera de 2023.

Apoyo desde la coalición a Draghi

En cambio, Enrico Letta, jefe del progresista Partido Democrático, uno de los pocos con los que Draghi se reunió durante la jornada, ha optado por el silencio, después de dar a entender que su primera opción es que el primer ministro continúe en el cargo. Públicamente, es la misma postura expresada por el resto de los partidos de la coalición, incluyendo también a los derechistas Forza Italia y la Liga. Sin embargo, estas últimas dos formaciones también han dicho que no temen la convocatoria de unas eventuales elecciones anticipadas e insisten en rechazar el M5E por ser “poco fiable”. 

En cualquier caso, una primera respuesta llegará este miércoles, día en que la agenda parlamentaria incluye un esperado discurso de Draghi en el Senado, a lo que le seguirá una votación sobre una moción de confianza y, al día siguiente, otro voto en el Congreso italiano. Será entonces cuando se entienda también la magnitud del particular Vietnam que está viviendo el M5E, cuyas últimas intrigas le han puesto ante el peligro de nuevas escisiones, después de la salida de Luigi Di Maio, el ministro de Relaciones Exteriores, hace ahora un mes.

Para mantenerse en el Gobierno, en un momento en el que hay una guerra en curso en Ucrania e Italia tiene que lidiar con unas repercusiones económicas más profundas que las de sus socios de la UE, Draghi solía decir que necesitaba también del apoyo del M5E. La incógnita pasa por saber si ha cambiado de opinión o si la paciencia se le ha agotado.