La guerra de Ucrania continúa alterando el marco de la seguridad en Europa. Después de que Suecia y Finlandia solicitaran su integración en la OTAN, Dinamarca ha movido ficha este miércoles para incorporarse a la política de defensa común de la Unión Europea y ha aprobado en referendum eliminar la excepción en materia de defensa a la política común de la Unión Europea (UE), vigente desde hace tres décadas, con el 66,6% a favor y el 33,4% en contra, escrutado el 70% de los votos.

Las encuestas previas daban una clara victoria a los partidarios de suprimir ese modelo, un resultado confirmado por los dos sondeos a pie de urna difundidos por los dos principales canales de televisión, que otorgaban al "sí" una ventaja de entre 30 y 38 puntos.

La consulta fue convocada a principios de marzo por el Gobierno socialdemócrata como respuesta a la intervención militar rusa en Ucrania tras un acuerdo con cuatro partidos políticos más, que en total suman casi tres cuartas partes de los escaños del Parlamento. Con la más que probable victoria del sí, Copenhague acabará con una de las excepciones que impuso para aceptar el Tratado de Maastricht en 1993, un año después de que los daneses lo rechazaran en otro referendo.

Aquellas excepciones dejaron al país fuera de la unión monetaria, la defensa común, la cooperación policial y jurídica y la ciudadanía, aunque esta última se considera intrascendente tras el tratado de Ámsterdam. A efectos prácticos, su exclusión de la defensa común no le ha permitido hasta ahora participar en misiones militares de la UE, aunque sí civiles, ni en discusiones o negociaciones relacionadas con ese ámbito. Tampoco ha formado parte de la Agencia de Defensa Europea y la Cooperación Estructurada Permanente (CEP).

Miembro fundador de la OTAN

Su condición de miembro de la OTAN, en cuya fundación participó, ha reducido el impacto real de su estatus fuera de la defensa común, ya que Dinamarca ha participado igualmente en misiones militares de la UE, aunque bajo bandera de la Alianza, la ONU o subordinada a otros países.

La primera ministra danesa, la socialdemócrata Mette Frederiksen, insistió durante la campaña que precedió al plebiscito en apuntar a la guerra de Ucrania y a la importancia de estrechar la cooperación europea como motivos para respaldar la integración, al tiempo que llamó a sus conciudadanos a asumir una "mayor responsabilidad" en la seguridad propia.

Las fuerzas reacias a cambiar el actual modelo, los partidos más a la derecha y a la izquierda del Parlamento, han apelado al tradicional escepticismo danés hacia Bruselas y han avisado del peligro que podría suponer para su soberanía la creación de un hipotético ejército europeo.