Al menos 14 personas han muerto y más de 50 permanecen desaparecidas tras hundirse un barco cargado de rohinyás, una minoría musulmana perseguida en Birmania, en el golfo de Bengal, informan este martes medios locales. Los cuerpos de las víctimas, muchos de ellos menores de edad, fueron hallados entre el domingo y el lunes en playas de la población de Shwe Thaung Yan, en la región del Irrawaddy y a unos 120 kilómetros al oeste de Rangún.

Según los testimonios de supervivientes y testigos, recabados por la emisora Radio Free Asia, el bote, donde viajaban alrededor de 90 personas, partió del estado birmano de Rakáin con destino a Malasia, pero una fuerte tormenta provocó su naufragio.

Un residente de la población indicó que 23 rohinyás fueron encontrados con vida, mientras las autoridades locales aseguran que han arrestado a cinco presuntos traficantes humanos, recoge el citado medio. Conforme al alegato de los supervivientes, los rohinyás pagaron por la travesía entre 1.500 y 2.500 dólares (entre 1.400 y 2.340 euros) y la mayoría procedían de campos de desplazados situados cerca de Sittwe, capital de Rakáin, donde más de 120.000 personas de esta etnia viven confinados desde 2012.

La situación de los rohinyás empeoró en 2017, cuando una operación militar en el Rakáin provocó miles de muertos y el éxodo de 725.000 miembros de esta minoría musulmana a la vecina Bangladés. Investigadores de la ONU calificaron esta campaña de "limpieza étnica con marcas de genocidio, mientras que los generales birmanos afrontan una acusación de genocidio frente a la Corte Internacional de Justicia, en La Haya.

La inmensa mayoría de los rohinyás son apátridas a los que el Gobierno arrebató la ciudadanía a principios de los noventa y ha sometido durante décadas a un régimen de discriminación por considerarlos inmigrantes ilegales de Bangladés, a pesar llevar generaciones viviendo en el país. Puesto que carecen de ciudadanía y de documentos, los rohinyás no pueden desplazarse libremente por su propio país sin el permiso de las autoridades, entre otras numerosas discriminaciones. Miles de rohinyás, muchos partiendo desde los campos de refugiados en Bangladés, arriesgan su vida cada año para llegar de manera ilegal a Malasia o Indonesia con el objetivo de buscar un futuro más próspero.