Cuando aún no se ha disipado el malestar por el protagonismo del príncipe Andrés en el funeral por Felipe de Edimburgo dando el brazo a Isabel II, un nuevo escándalo salpica al duque de York. Andrés recibió más de un millón de libras esterlinas de un banquero turco acusado de fraude. El “regalo” ha salido a relucir en el proceso que está teniendo lugar en el Tribunal Superior de Londres.

De acuerdo con los documentos presentados al juez que cita el Daily Telegraph, tanto el duque de York como su exesposa, Sarah Ferguson, recibieron pagos no aclarados por parte de Selman Turk, acusado de un supuesto fraude internacional por valor de 40 millones de libras (47 millones de euros). Esa cantidad incluye 890.000 euros que Andrés recibió en noviembre del 2019 de la demandante, la millonaria turca de 77 años Nebahat Evyap Isbilen, que había confiado su fortuna a Turk. El dinero, afirmó en una declaración leída en el tribunal, ayudaría, según le dijeron, a que pudiera conseguir un pasaporte británico para abandonar su país, donde estaba siendo perseguida por razones políticas.

Días después de ese primer pago, Turk, un antiguo banquero de Goldman Sacks ahora en el banquillo, fue premiado en una competición en el Palacio de St. James. De acuerdo con la acusación, el duque recibió a través de Turk de una tercera parte otro pago por valor de 415.000 euros. Sarah Ferguson por su parte se embolsó 267.000 euros.

Silencio del duque

Los abogados de Isbilen, de 77 años, ha explicado al Telegraph que su clienta es víctima de “un fraude importante” y está “decidida demandar a todos los que están involucrados”. Los letrados obtuvieron permiso para revisar las cuentas bancarias del demandado, lo que ha revelado las transferencias hechas al duque y la duquesa de York, a través de un complejo entramado de depósitos en el Reino Unido y varios paraísos fiscales. El hijo de la reina se negó a contestar a las preguntas por escrito que le formularon los letrados el pasado año y ha devuelto los 890.000 euros. El portavoz de Sarah Ferguson niega por su parte que ella supiera de las alegaciones contra Turk, cuyos bienes han sido congelados y al que las autoridades han retirado el pasaporte. 

Conexiones turbias

El nombre del príncipe Andrés mezclado en un nuevo escándalo judicial echa por tierra su intento de rehabilitar la imagen pública, tal y como se interpretó el destacado papel junto a la reina en el funeral de su padre, el príncipe Felipe, en la Abadía de Westminster. Hace aún pocas semanas de su pago de 12 millones de libras a Virginia Giuffre, dando así carpetazo a la demanda por abusos sexuales de la que estaba acusado en el contexto de su relación con el millonario norteamericano Jeffrey Epstein. A su larga fama de juerguista y playboy se han sumado periódicamente las críticas sobre sus asuntos financieros y el controvertido papel que jugó durante una década como representante especial del Reino Unido para comercio e inversiones internacionales. Ese ejercicio le proporcionó contactos y conexiones con adinerados y turbios personajes de Libia, Túnez, Azerbaiyán y Kazakstán. Sarah Ferguson fue filmada por un periodista camuflado de empresario ofreciéndose a facilitar por medio millón de libras el acceso al príncipe Andrés. La tentativa de tráfico de influencias no ha impedido que siga viviendo con su exmarido en una casa propiedad de la Corona en Windsor.