Yemen despierta con decenas de muertos y un apagón de las telecomunicaciones. Tres bombardeos de la coalición militar liderada por Arabia Saudí han caído sobre un centro de detención de la ciudad de Saada la mañana del viernes. Al menos 68 personas han muerto y docenas han resultado heridas al norte del país. Además, el servicio de Internet se ha detenido en el país a causa de los ataques aéreos de la coalición al edificio de telecomunicaciones controlado por los hutís en Hudayda.

Los yemenís llevan cinco días bajo las bombas en las principales ciudades del país. A principios de la semana, los insurgentes lanzaron drones sobre Abu Dabi, provocando la muerte de tres personas. Desde entonces, la coalición militar encabezada por los saudís ha iniciado una virulenta campaña contra puestos clave de los hutís que se ha llevado por delante a los civiles como sus principales víctimas. Según Save the Children, los ataques de este viernes se han cebado sobre los niños y los migrantes, dos de los colectivos más vulnerables que acoge el país.

Al menos tres menores han muerto como resultado del impacto de los misiles sobre la ciudad portuaria de Hudayda mientras los pequeños jugaban en un campo de fútbol cercano. Los ataques aéreos dañaron un centro de telecomunicaciones clave en el país que controla el acceso a Internet de todo Yemen, lo que ha provocado un apagón de la red generalizado. Los aviones saudís se han ensañado sobre un edificio de dos plantas que servía como centro de detención temporal para las personas acusadas en espera de juicio en la norteña Saada.

Colapso humanitario

Muchas de ellas son migrantes africanos que llegan a Yemen para intentar acceder ilegalmente a Arabia Saudí, país fronterizo con la ciudad. Unas 65 personas han muerto y otro centenar han resultado heridas, la mayoría de las cuales son migrantes. Aún se espera que se descubran más víctimas en ambas ciudades ya que siguen las operaciones de rescate y búsqueda entre los escombros. A su vez, el ministro de Salud del Gobierno de los hutís, Taha al Mutawakil, ha hecho un llamado a través de medios afiliados al movimiento para que llegue la ayuda internacional. 

El representante ha pedido a las organizaciones internacionales y las oenegés que envíen suministros médicos, equipos y aviones medicalizados para atender y evacuar a los heridos. Mutawakil ha afirmado que el sistema de salud yemení no puede hacer frente a esta “emergencia”, especialmente en Saada, donde los hospitales no cuentan con el combustible necesario para hacer funcionar los generadores eléctricos. Esta provincia es uno de los principales bastiones de los rebeldes chiís. A parte de los bombardeos, la coalición árabe que interviene en el país desde marzo del 2015 impone un bloqueo contra Yemen. 

Bajo la acusación de que los hutís reciben armas de su aliado iraní, controlan los bienes que entran por mar, tierra y aire, asfixiando al país. Durante los siete años de guerra, la infraestructura de Yemen se ha visto gravemente dañada y los suministros escasean en los territorios controlados por los rebeldes. La escalada del conflicto en el país de la península de Arabia resultó en un aumento del 60% de las víctimas civiles en los últimos tres meses del 2021. En apenas 20 días del nuevo año, el panorama es desesperanzador mientras la población se aboca desde la catástrofe humanitaria al colapso definitivo.