El primer ministro británico, Boris Johnson, reconoció este miércoles ante el congreso del Partido Conservador que el cambio por el que optó el Reino Unido al votar por la salida de la Unión Europea en 2016 "llevará tiempo y será difícil", pero defendió que conducirá al país a un mejor futuro.

"No vamos a volver al viejo y roto modelo de bajos salarios y baja productividad. La respuesta no es volver a la inmigración descontrolada para mantener bajos los sueldos, sino controlar la inmigración y no usarla como una excusa para no invertir en los trabajadores, en maquinaria o en instalaciones", dijo Johnson en su discurso de clausura.

El primer ministro aludió de forma indirecta a los actuales problemas de falta de mano de obra y desabastecimiento que vive el país, que atribuyó a la falta de inversión de los empresarios durante años.

"Por ejemplo, se necesitan áreas de servicio para que los camioneros no tengan que orinar entre los arbustos", dijo Johnson, achacando así a la falta de instalaciones la escasez de transportistas que ha dejado sin combustible a las gasolineras del país.

En su discurso de 45 minutos, aseguró tener las "agallas" que les han faltado a anteriores gobiernos para resolver los problemas "de largo plazo" que lastran al país.

Por esa razón, defendió las subidas de impuestos que ha anunciado el Ejecutivo para compensar el "agujero" en las cuentas públicas que ha dejado la pandemia, y citó al icono de los conservadores, Margareth Thatcher, para proclamar que ella tampoco habría querido seguir pidiendo prestado dinero.

"Esta es la dirección hacia una economía de salarios altos, habilidades y productividad, y por tanto impuestos bajos, que es lo que se merece este país", añadió.

"Una de las sociedades más desequilibradas"

El líder conservador quiere hacer de su programa de "reequilibrio territorial" la base del resto de su mandato, pero apenas mencionó ninguna medida política al margen de un suplemento de 3.000 libras (3.500 euros) para que profesores de matemáticas y ciencias vayan a enseñar a "los lugares donde más se necesita.

"Tenemos una de las sociedades más desequilibradas del mundo desarrollado, no solo entre Londres y el sureste de Inglaterra y el resto del país, sino dentro de las propias regiones. Es una espantosa pérdida de potencial y está siendo un lastre para el país", dijo.

El discurso de Johnson puso así fin a cuatro días de congreso de los 'tories' en Mánchester, marcados por la tensión en el país por la crisis de desabastecimiento y de la cadena de suministros.