El Gobierno del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, confirmó este lunes su objetivo de acoger a un máximo de 125.000 refugiados de todo el mundo en el año fiscal 2022, que comienza el próximo 1 de octubre. El Departamento de Estado de EEUU indicó en un comunicado que ha informado al Congreso de que planea mantener esa meta, que Biden se marcó el pasado abril y que supone el doble del tope de refugiados establecido para el presente año fiscal, que es de 62.500.

El informe enviado al Congreso sobre el tema establece límites según la región geográfica de los refugiados, además de marcar un máximo global de 125.000 llegadas a Estados Unidos entre octubre de 2021 y septiembre de 2022. Un máximo de 15.000 refugiados podrán llegar desde Latinoamérica y el Caribe, mientras que otros 10.000 podrán hacerlo desde Europa y Asia Central; 35.000 más desde Oriente Medio y el sur de Asia -incluido Afganistán-; otros 40.000 desde África y 15.000 más desde Asia Oriental; con 10.000 más de reserva para cualquier región.

De los 15.000 reservados al continente americano, el Departamento de Estado calcula que recibirá al menos 10.000, procedentes en su mayoría de Guatemala, Honduras y El Salvador; además de incluir a venezolanos y nicaragüenses. Los que se contabilizan como refugiados no son normalmente quienes cruzan irregularmente la frontera sur de EEUU y piden asilo, sino quienes hacen uso de programas especiales como el de menores centroamericanos (CAM, en inglés) y otro que permite a solicitantes vulnerables esperar en Costa Rica mientras se tramitan sus peticiones. Marcar el límite de 125.000 refugiados no significa que vaya a cumplirse: aunque el techo para el actual año fiscal era de 62.500, el Departamento de Estado calcula en su informe que, para cuando acabe ese periodo la semana que viene, apenas habrán llegado a Estados Unidos unas 12.500 personas con ese estatus. Se trata de apenas el 20% del máximo que se había marcado Biden para este año fiscal, y solo 500 de esos 12.500 refugiados llegaron desde Latinoamérica y el Caribe, según los cálculos del informe, al que tuvo acceso EFE. Eso implica que la cifra de refugiados acogida este año fiscal no será muy diferente de la registrada entre septiembre de 2019 y octubre de 2020, cuando Donald Trump era presidente y Estados Unidos apenas recibió 11.814 refugiados, de acuerdo con el informe oficial.

En abril pasado, Biden ordenó mantener la cuota máxima de refugiados para el presente año fiscal en 15.000, el mismo nivel históricamente bajo que marcó Trump, pero después de recibir numerosas críticas, reculó y elevó el límite a 62.500. No obstante, las proyecciones detalladas este lunes en el informe del Departamento de Estado confirman que, en la práctica, Estados Unidos no superará este año fiscal el límite inicial marcado por Biden, y que tanto criticaron organizaciones de derechos humanos.

El Gobierno estadounidense trabaja para acoger en Estados Unidos a más de 60.000 afganos tras la retirada de sus tropas de Afganistán y la llegada al poder de los talibanes, aunque muchos de ellos llegarán al país con otro tipo de alivio migratorio y no entrarán en la cuota de refugiados.