El mundo está sacudido por una pandemia que no solo ha provocado devastación humana y económica sino que ha intensificado las tremendas brechas entre ricos y pobres, tanto dentro de los países como entre naciones. El mundo enfrenta una emergencia climática que, como advierten los expertos, acerca peligrosamente a la humanidad a un punto de no retorno. Son las dos grandes crisis, pero no las únicas en un momento también de persistentes conflictos, auge de regímenes autocráticos, amenazas tecnológicas y brechas de género, generacionales y digitales, que enmarcan y marcan la celebración este año del debate de la Asamblea General de Naciones Unidas. A esa cita que ha arrancado este martes en la sede del organismo en Nueva York ha llegado por primera vez como presidente de Estados Unidos Joe Biden para realizar un llamado a la unidad con el que busca recolocar su país en un papel de liderazgo tras cuatro años de política aislacionista de Donald Trump.

El reto, no obstante, se ve complicado por las reticencias, críticas y frustraciones que han despertado globalmente las acciones del demócrata, especialmente en política exterior. La decisión unilateral de fijar la fecha de retirada de Afganistán y la caótica ejecución de esa retirada disparó la incomodidad entre aliados. La tensión con Francia ha llegado a cotas inéditas tras el anuncio por sorpresa la semana pasada de una alianza con Australia y Reino Unido para un acuerdo de defensa. Y son sobre todo la estrategia de la Casa Blanca hacia China de la que forma parte ese acuerdo AUKUS, y las tácticas que muchos ven innecesariamente apoyadas en la confrontación, las que despiertan suspicacias sobre el compromiso de Biden con una verdadera política multilateral y no guiada solo por su interés nacional.

"No buscamos una nueva guerra fría"

Consciente de la situación y de los miedos a una nueva guerra fría de la que ha advertido tanto en vísperas de la cumbre como en su discurso inaugural de la sesión el secretario general de la ONU, António Guterres, Biden ha lanzado en el cónclave de 193 naciones un mensaje que buscaba ser a la vez firme y tranquilizador.

"Todas las grandes potencias tienen un deber bajo mi punto de vista de gestionar cuidadosamente sus relaciones para no pasar de competición responsable a conflicto", ha dicho. "EEUU competirá vigorosamente, lideraremos con nuestros valores y nuestra fuerza y estaremos con aliados y amigos y nos opondremos a intentos de países más fuertes de dominar a los más débiles o hacer cambios territoriales por la fuerza, coacción económica, explotación técnica o desinformación. Pero no buscamos, insisto, no buscamos una nueva guerra fría, un mundo dividido en bloques rígidos", ha continuado. "EEUU está listo para trabajar con cualquier país que da un paso y sigue la resolución pacífica de nuestros retos, incluso si tenemos profundos desacuerdos en otras áreas".

Pandemia, clima y diplomacia

Con una promesa ("liderar no solo por el ejemplo de nuestro poder sino, dios mediante, por el poder de nuestro ejemplo") Biden ha puesto especial énfasis en buscar esa posición de liderazgo tanto ante la pandemia como ante la emergencia climática.

Ha abordado la necesidad de impulsar la vacunación global, un esfuerzo para el que ha organizado también una cumbre virtual el miércoles en Washington en la que anunciará nuevos compromisos de EEUU. Y al hablar de la "crisis climática sin fronteras" ha renovado su promesa de intentar que el Congreso estadounidense doble los compromisos de financiación a la campaña global para combatir el cambio climático.

Todo lo ha querido enmarcar en un momento histórico que, ha asegurado, representa un giro en EEUU. "Hemos cerrado 20 años de conflicto en Afganistán y conforme cerramos esta era de guerra incesante abrimos una era de incesante diplomacia", ha dicho. "En vez de seguir luchando las guerras del pasado fijamos la mirada y dedicamos nuestros recursos a los retos que tienen las llaves de nuestro futuro colectivo".

En un discurso en el que también ha instado a todos a "apoyar los derechos de las mujeres y las niñas", y en el que ha defendido que "la democracia sigue siendo la mejor herramienta que tenemos para dar rienda suelta a todo nuestro potencial humano", Biden también ha declarado que el poder militar "debe ser herramienta de último recurso, no la primera" y que "no debe usarse como respuesta a cada problema que vemos alrededor del mundo". "Hoy muchas de nuestras mayores preocupaciones no pueden solucionarse por la fuerza de las armas", ha recordado. "Las bombas y las balas no pueden defender contra el covid-19 o sus futuras variantes".

Mientras Washington abría una investigación por el inhumano trato en su frontera sur a miles de haitianos Biden también ha lanzado otro mensaje: "El futuro pertenecerá a aquellos que abrazan la dignidad humana, no la pisotean". El trabajo empieza en casa.