Emmanuel Macron se convirtió este viernes en el primer presidente de la V República que visita el santuario católico de Lourdes. Macron, que pasa unos días de descanso en la zona central de los Pirineos, se desplazó al santuario para reunirse con los responsables del turismo de la comarca.

Su presencia en el lugar generó un pequeño incidente, cuando un hombre gritó al presidente: "¡Debería darle vergüenza!" y le acusó de ser un "ateo". El hombre fue detenido después de agredir a un vigilante de seguridad del recinto religioso que intentaba evitar que se acercara demasiado a Macron, según el diario regional 'La Depeche'. El vigilante fue evacuado a un hospital cercano con lesiones en un brazo tras un forcejeo en el que una espectadora cayó al suelo y generó una escena caótica.

Tras asistir el jueves a la etapa pirenaica del Tour de Francia, Macron estuvo en la fábrica que la compañía española de construcción de material ferroviario CAF tiene en Bagnêres de Bigorre, la localidad de donde eran originarios sus abuelos maternos. Allí, Macron destacó los esfuerzos de su Gobierno en reindustrializar Francia. Esa planta va a producir material para los trenes de cercanías de la región parisina y va a crear más de doscientos empleos, destacó el presidente.

El incidente de este viernes sigue a la bofetada que un hombre propinó al presidente el pasado 8 de junio durante un viaje oficial en el departamento de Drôme (sur), y que entonces se inscribió con el ambiente de creciente tensión y virulencia políticas, alimentado por las redes sociales.

El hombre abofeteó a Macron mientras pronunciaba un eslogan monárquico y fue detenido inmediatamente después por los escoltas del presidente. Fue condenado en un juicio rápido a cuatro meses de prisión en firme, aunque arriesgaba una pena de hasta tres años.