El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, aseguró este jueves que la retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán estará completa para el 31 de agosto, una nueva fecha límite más temprana que la anunciada originalmente, el 11 de septiembre.

En un discurso en la Casa Blanca, Biden defendió la apresurada retirada de los militares estadounidenses desde mayo, que ha coincidido con un aumento de los choques violentos en el país, al afirmar que la "rapidez" es sinónimo de "seguridad" para las tropas.

"No fuimos a Afganistán para construir una nación", ha reconocido el presidente Biden, sino, ha enumerado, para acabar con los terroristas que atacaron aquel 11 de septiembre el corazón de Estados Unidos, ajusticiar a Osama bin Laden y acabar con la amenaza que supone Al Qaeda para la seguridad estadounidense.

"El 'status quo' no era una opción. Quedarse hubiera significado que las tropas estadounidenses sufrieran bajas. Hombres y mujeres estadounidenses en medio de una guerra civil", ha apuntado Biden, quien deja "la responsabilidad" de dirigir su propio destino al "pueblo afgano", pues es su "derecho".

Esta semana, el Pentágono ya anunció que la retirada se había completado a un 90 por ciento, con la entrega de hasta siete instalaciones a las fuerzas de seguridad afganas, que en las últimas semanas está haciendo frente a un avance de los talibán, quienes se han apoderado de amplias regiones, sobre todo en el norte.

Aunque la Casa Blanca ha asegurado que saldrá de Afganistán, ya han matizado en varias ocasiones que mantendrán al menos una dotación para proteger su Embajada y que seguirán brindando su apoyo al Gobierno de Kabul, tanto en materia de seguridad, como económica y humanitaria, así como a los países de la región, con quienes están dialogando sobre cómo seguir con esta colaboración.

La semana pasada los últimos soldados estadounidenses abandonaron la base aérea de Bagram, el principal centro de operaciones de Estados Unidos en Afganistán, poniendo así fin de manera efectiva a su presencia en aquel país durante las últimas dos décadas, en un conflicto que ha costado la vida de miles de personas, entre militares, civiles, periodistas y trabajadores humanitarios.

Con este repliegue, en las últimas semanas el personal afgano que trabajaba para las tropas estadounidenses, ya fuera como traductores o desempeñando otras funciones, se han apresurado a salir del país por temor a las represalias que puedan llegar en caso de que los talibán se hagan con el poder.

En relación a esto, Biden ha prometido que a lo largo de este mes, se fletará vuelos para todas estas personas y sus familias tanto para viajar a Estados Unidos como a terceros países. "Hay un hogar para ustedes aquí, si así lo desean. Y estaremos con ustedes, tal como ustedes estuvieron con nosotros", ha enfatizado.

Por el momento, el Departamento de Estado ha cifrado en unos 18.000 los afganos que habrían mostrado interés en ser acogerse al programa de visas especiales, de los cuales la mitad ya habrían completado los trámites necesarios, informa el diario 'USA Today'.

La fuerza de los talibanes

Biden reconoció además que los talibanes tienen "más fuerza militar" que en ningún momento desde el comienzo de la guerra de Afganistán en 2001, y consideró "altamente improbable" que haya un "Gobierno unido" que pueda controlar todo ese país.

El mandatario defendió, sin embargo, sus planes de retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán y anunció que ese proceso estará completado para el 31 de agosto, una nueva fecha límite más temprana que la anunciada originalmente, del 11 de septiembre.

"La rapidez es (sinónimo de) seguridad" para los militares estadounidenses, opinó Biden durante un discurso que se convirtió en una rueda de prensa improvisada.

Desde que Estados Unidos comenzó a retirar a sus tropas de Afganistán en mayo, los insurgentes talibanes han capturado 100 de los 402 distritos del país, tomando bajo su control más del 35 % de los territorios.

"Los talibanes están más fuertes militarmente que nunca desde 2001", dijo Biden.

No obstante, el mandatario opinó que "no es inevitable" que los talibanes retomen el control de Afganistán, y expresó su "confianza en la capacidad" de las fuerzas de seguridad afganas.

Añadió que "el único modo de que vaya a haber paz y seguridad en Afganistán" es si las autoridades afganas negocian un "modus operandi" con los talibanes, dentro de las conversaciones de paz en el país.

"Es altamente improbable que haya un Gobierno unido en Afganistán controlando todo el país", admitió Biden.

Aún así, el mandatario defendió sus planes de retirada, al opinar que quedarse en el país seis meses o un año más, como piden algunos de sus críticos, no resolvería la situación de seguridad y pondría en riesgo a las tropas estadounidenses.

"Una vez que se llegó a ese acuerdo con los talibanes, la idea de quedarnos allí con un número mínimo de tropas dejó de ser posible", recalcó en referencia al acuerdo que alcanzó el año pasado con los insurgentes el Gobierno del entonces presidente, Donald Trump.

Biden respondió con varios "no" a la pregunta de si Estados Unidos tendrá alguna responsabilidad en el caso de que mueran civiles afganos tras su retirada, y añadió que son las autoridades afganas las que tienen que trabajar para la seguridad del país.

"Ningún país ha unificado nunca Afganistán. Han ido allí imperios y no lo han conseguido", zanjó.