Ni Emmanuel Macron ni Marine Le Pen lograron alzarse con una victoria en las elecciones regionales, cuya segunda vuelta se celebró este domingo 27 de junio, los últimos comicios antes de las presidenciales de 2022. A pesar del batacazo, acompañado de una abstención histórica, ambos continúan liderando las intenciones de voto de cara a la carrera por la jefatura del Estado, según un sondeo publicado por France Télévisions.

Si los resultados de las urnas ponen en entredicho la credibilidad de las encuestas, que vaticinaban erróneamente un importante ascenso de la extrema derecha en los territorios franceses, este lunes circula un nuevo sondeo que pronostica, una vez más, un duelo entre Macron y Le Pen en la segunda vuelta del plebiscito presidencial. Poco importaría quien fuese el candidato de la derecha clásica -la fuerza política más votada en las regionales con un 38% de los sufragios- que se enfrentase contra ellos en la primera ronda; en cualquier caso, el presidente saliente y la líder ultra saldrían ganando.

La derecha tradicional, reforzada

Con una abstención récord -dos de cada tres franceses no acudieron a las urnas-, los comicios privilegiaron a los candidatos salientes: la derecha conserva siete regiones metropolitanas, los socialistas cinco y los nacionalistas lideran en Córcega. Los resultados confirman así la incapacidad de Macron y Le Pen de implantarse a nivel local, mientras que las formaciones tradicionales, endebles a nivel nacional, no han perdido sus bastiones territoriales. Con este panorama, las aspiraciones presidenciales de los conservadores se han visto reforzadas, convencidos de poder evitar un nuevo duelo entre la líder del Reagrupamiento Nacional (RN) y el actual jefe de Estado.

Ambiciones que no tendrían un gran recorrido, según el sondeo de France Télévisions, que pronostica su eliminación en la primera vuelta: Xavier Bertrand, reelegido a la cabeza de Hauts-de-France y candidato declarado a la presidencia, reuniría un 18% de las intenciones de voto, por detrás de Macron y Le Pen, que empatarían con un 24%; si se tratase de Valérie Pécresse, reelegida en Île-de-France, el dúo empataría con un 27%, derrocando a la candidata conservadora, que aglutinaría un 13%; frente a Laurent Wauquiez, exlíder de Los Republicanos (LR) reelegido en Auvergne-Rhône-Alpes, el actual presidente se impondría con un 27%, seguido de la presidenta ultra, con un 25%.

"Formemos un buen equipo"

Ignorando las encuestas, la principal formación de derechas, Los Republicanos, clama ya victoria: "A los que aún lo dudan, la derecha está más que nunca de pie esta noche", escribió el líder del partido conservador en la Asamblea Nacional, Damián Abad, en Twitter. "Unidos podemos, más que nunca, ganar las elecciones", aseguró. Un enfoque compartido por Xavier Bertrand, que no ha tardado en lanzar un llamamiento a sus eventuales contrincantes, Pécresse y Wauquiez: "Formemos un buen equipo, porque tengo la absoluta convicción [...] de que cuando hay un gran y buen equipo de Francia, éste gana", insitió la mañana de este lunes en BFMTV.

En cuanto a la izquierda, las posibilidades de colarse en la segunda vuelta de las presidenciales parecen más reducidas. Frente a cualquier candidato de derechas, el jefe de filas de Francia Insumisa Jean-Luc Mélenchon, obtendría el 7% de los votos; el ecologista Yannick Jadot, el 10%; Y la socialista Anne Hidalgo, que aún no ha confirmado sus ambiciones presidenciales, reuniría entre un 8-9%. En resumen, cifras poco alentadoras para las fuerzas progresistas

Macron retoma su agenda

Y mientras unos y otros hacen ya sus cálculos electorales, Emmanuel Macron, gran perdedor de los comicios regionales, continúa con su agenda, como si a fuerza de ignorar su derrota, esta terminara desapareciendo. Esta misma mañana, el presidente francés acudió a la ciudad de Douai, en el norte, donde se encuentra la fábrica de baterías eléctricas del grupo chino-japonés Envision, donde deberían crearse 1.000 puestos de trabajo de aquí a 2024. Esta noche, se reunirá en Versalles con un centenar de empresarios extranjeros con motivo de la 4ª cumbre "Choose Francia".

No hay tiempo para sacar lecciones de su derrota, ni tampoco de la abstención masiva, en la recta final de su quinquenio. Macron prefiere centrarse en sus ambiciones económicas y sociales, frenadas por meses de crisis sanitaria.

El "frente republicano" frena, pero no acaba con las ambiciones de Le Pen

La extrema derecha francesa se ha llevado varios reveses en estas elecciones regionales. La primera vuelta supuso un primer desliz: los ultraconservadores solo consiguieron imponerse en una región de las 13 en liza. La segunda ronda confirmó la frustración: finalmente no consiguieron hacerse con ningún gobierno regional. Confirmado el fiasco, la líder del Reagrupamiento Nacional (RN), Marine Le Pen, culpó primero a la abstención masiva y, después, a las "alianzas antinaturales".

En dichas alianzas, conocidas como "frente republicano", participan la izquierda y la derecha con un objetivo común: frenar el ascenso al poder de la extrema derecha en Francia. Así ocurrió en Provence-Alpes-Côte d’Azur (PACA), donde los ecologistas se retiraron de la contienda y los conservadores (57,3%) se impusieron a los ultras (42,70%) en la segunda vuelta de los comicios regionales. Esta estrategia, repetida a lo largo de la V República, sigue funcionando y Marine Le Pen ha tomado nota: la movilización de su electorado "será la llave de las futuras victorias", resumió tras reconocer su derrota. 

¿Los resultados de estos comicios pueden transponerse a la próxima carrera por la presidencia? "No -zanja Jean-Yves Camus, politólogo experto en la extrema derecha-, la tasa de abstención no será la misma. Las elecciones presidenciales, a diferencia de los plebiscitos locales, consiguen movilizar a los franceses, parece poco probable que se repita el mismo escenario". En resumen, la extrema derecha ha perdido una batalla, pero la guerra, con la mirada puesta en la presidencia, no ha hecho más que empezar.