La ministra principal norirlandesa, la unionista Arlene Foster, anunció este miércoles que dimitirá como ministra principal de Irlanda del Norte a finales de julio y como líder del Partido Democrático Unionista (DUP) el próximo 28 de mayo debido a una revuelta interna de descontentos por su gestión del Brexit.

Foster preside el Ejecutivo autónomo de Belfast, de poder compartido entre protestantes-unionistas y católicos-nacionalistas, que ha sufrido el desgaste por las tensiones sociales derivadas de la aplicación del acuerdo de la salida de Reino Unido de la UE

"Es importante dar espacio a los responsables del partido para que en las próximas semanas organicen un proceso para elegir al líder", declaró la ministra principal en un comunicado difundido hoy.

Foster, quien tomó las riendas del DUP en 2015, convirtiéndose en la primera mujer líder de la formación, aseguró en la nota que servir al pueblo de Irlanda del Norte ha sido el "mayor privilegio" de su vida.

Su caída ha estado provocada por la rebelión de una veintena de diputados regionales y cuatro parlamentarios nacionales del DUP, mayoritario en Irlanda del Norte, que firmaron una moción de censura contra su líder.

Asimismo, otro grupo de concejales del DUP había enviado por su parte otra carta a la dirección del partido para mostrarse "profundamente preocupados" por la gestión de Foster y su "número dos", Nigel Dodds, a quien también piden que dimita de su puesto.

Entre los motivos del descontento de la comunidad protestante-unionista con el liderazgo de Foster destaca el asunto del protocolo norirlandés, incluido en el acuerdo del Brexit para mantener abierta la frontera entre las dos Irlandas, clave para sus economías, altamente interconectadas, y para el proceso de paz.

A cambio, este mecanismo impone controles comerciales fronterizos entre Irlanda del Norte, integrada en el mercado único comunitario, y el resto del Reino Unido, lo que es percibido como una amenaza a la integridad territorial por parte de los unionistas.

Esta nueva burocracia ha provocado también problemas de suministro de ciertos productos y ha acentuado el malestar de los sectores más radicales de los protestantes norirlandeses leales a la Corona británica, lo que ha desembocado en enfrentamientos con la Policía y la comunidad nacionalista-católica, partidaria de la reunificación de Irlanda.

Además del Brexit, un amplio sector del DUP, el más ultraconservador y religioso, acusa a Foster de hacer concesiones respecto a la ley del aborto o en materia de derechos de la comunidad LGTBI.