El presidente de EE.UU., Donald Trump, y la candidata demócrata a la Vicepresidencia, Kamala Harris, coincidieron este miércoles en el estado clave de Arizona, donde compitieron por el voto latino sin hablar apenas sobre inmigración, un tema que ha brillado por su ausencia en esta campaña.

A seis días de las elecciones, tanto Trump como Harris se desplazaron a Arizona, un estado donde el presidente ganó en 2016 por un estrecho margen y donde el candidato demócrata, Joe Biden, le saca ahora 3,7 puntos de ventaja, dentro del margen de error, según la media ponderada de encuestas de la web FiveThirtyEight.

"Ustedes van a marcar la diferencia. Ustedes son quienes van a elegir al próximo presidente y vicepresidente de EE.UU.", pronosticó Harris durante su visita a Tucson, donde protagonizó un mitin ante decenas de automóviles, un formato que ha popularizado la campaña de Biden para hacer frente a la crisis de la covid-19.

Menos migración, más economía

La senadora demócrata se reunió además en una taquería mexicana de Tucson con cuatro empresarias latinas, y al llegar allí elogió el "precioso" mural pintado en la fachada del restaurante, y que mostraba a la pintora mexicana Frida Kahlo de la mano del activista estadounidense por los derechos civiles Martin Luther King.

La campaña de Biden está convencida de que tiene que ganar en el condado donde se encuentra Tucson, llamado Pima y donde más del 40 % de la población es latina, para hacerse con la Casa Blanca.

Aunque buscaba con su visita convencer a esos hispanos, Harris solo mencionó la inmigración en su discurso, cuando prometió "honrar la promesa de Estados Unidos a nuestros 'soñadores' y renovar DACA", un programa de amparo para ciertos jóvenes indocumentados que Trump ha debilitado desde que llegó al poder.

La senadora se centró sobre todo en la economía y la salud, los dos temas que más preocupan a los latinos en este ciclo electoral, según una encuesta de septiembre del centro de estudios Pew.

"Estamos en una crisis de hambre. Aquí, en Arizona, una de cada siete familias tiene problemas para pagar la renta (...), y los latinos y los negros tienen más probabilidad de contraer la covid-19 y morir por ella", subrayó la senadora.

Trump también aparca la migración

A unos 560 kilómetros de allí, en la frontera de Arizona con Nevada, Trump tampoco hizo demasiado hincapié en la inmigración en su intento de convencer a la población de esos dos estados de respaldarle el próximo martes.

"¿Quién de ustedes es hispano? Mis encuestas con los hispanos están por las nubes", clamó el presidente ante las miles de personas que habían acudido a verle, sin distanciamiento, al aeropuerto de Bullhead City.

Trump ganó apenas el 28 % del voto latino en 2016, pero lejos de perder parte de esos apoyos a lo largo de su primer mandato -como le ha ocurrido con sus simpatizantes blancos-, alrededor del 30 % de los votantes hispanos aseguran que le respaldan, y su campaña confía en mejorar ahora su marca de hace cuatro años.

No obstante, su equipo no ha optado por revivir la agresiva retórica antimigrante que caracterizó su campaña de 2016 y la de las legislativas de 2018: la inmigración no está ni siquiera entre los diez asuntos más mencionados en los anuncios electorales de Trump, según un análisis del diario The Wall Street Journal.

La campaña de reelección del presidente se ha centrado en cambio en la economía, la creación de empleos, la rivalidad con China y la violencia que ha estallado en algunas de las protestas contra el racismo en Estados Unidos.

En el primero de sus dos mítines del día en Arizona -luego se desplazó a Phoenix, igual que hizo Harris-, Trump defendió el muro en la frontera con México y advirtió de que si Biden llega al poder, lo derribará, algo que es falso: el candidato demócrata ha prometido que no seguirá con el proyecto, pero dejará lo construido como está.

Más allá de eso y de su habitual advertencia de que una victoria de Biden "desataría un tsunami de inmigración ilegal", Trump apenas se refirió al asunto e insistió en cambio en criticar a su rival por débil y en advertir de una catástrofe económica si llega al poder: "Habrá una depresión nunca vista, quizá desde el crack de 1929".

Biden vota por anticipado

Mientras, Biden votó por anticipado desde el estado donde vive, Delaware, algo que también hizo Trump en Florida el pasado sábado, y dio un discurso criticando la gestión del presidente ante la pandemia, en un momento en el que hay un repunte de los contagios en el país.

"No estoy haciendo una falsa promesa de que puedo acabar con esta pandemia como si pulsara un interruptor. Pero empezaré desde el primer día tomando las decisiones correctas, y dejaremos que la ciencia nos guíe", recalcó Biden.

Más de 75 millones de personas han votado ya por adelantado en todo Estados Unidos, lo que supone más del 54 % de todos los que participaron en los comicios de 2016, incluidos los que votaron el propio día de las elecciones, según el recuento del independiente US Elections Project.

Estas elecciones van camino de batir además otro récord: serán las más caras de la historia del país, al costar casi 14.000 millones de dólares, más del doble de lo que costaron los comicios de 2016, de acuerdo con una estimación publicada este miércoles por el proyecto Open Secrets del Centro para una Política que Responde.