El sur de Nagorno Karabaj, que linda con Irán, continúa siendo este lunes escenario de intensos combates entre las fuerzas armenias y azerbaiyanas.

"Feroces batallas continúan en dirección sur, nuestras unidades están agotando al enemigo", señaló la portavoz del Ministerio de Defensa de Armenia, Sushan Stepanián, en su página oficial de Facebook.

Mientras, el presidente azerbaiyano, Ilham Alíev, sostuvo en un mensaje de su cuenta de Twitter que el Ejército azerí ha asumido el control de 13 localidades en el distrito de Jabrail.

El Ministerio de Defensa azerbaiyano informó de bombardeos el domingo por la noche y esta mañana por parte de Armenia en torno a Nagorno Karabaj, como Agdere (Martakert) Agdam, Fizuli, Jabrail e Hadrut.

Las dos partes enfrentadas se han vuelto a acusar de haber violado el nuevo alto el fuego que entró en vigor el domingo, por lo que tampoco el segundo intento de frenar la guerra, después del primero el pasado día 10, ha fraguado.

El Ministerio de Defensa de Nagorno Karabaj ha informado de un total de 710 soldados karabajíes fallecidos desde el estallido de la guerra el pasado 27 de septiembre.

Armenia habría sufrido 40 bajas entre sus filas. Azerbaiyán no informa de sus militares caídos en el conflicto armado.

Las dos partes se acusan además de atacar a objetivos civiles y no militares en esta guerra, que ya es la más grave desde la que estalló antes de la disolución de la Unión Soviética.

Algunas ONG, como la belga International Partnership for Human Rights (IPHR) y la ucraniana Truth Hounds han empezado a recabar sobre el terreno datos sobre posibles crímenes de guerra en Nagorno Karabaj.

"Documentamos posibles crímenes de guerra, principalmente contra civiles, y el bombardeo indiscriminado de infraestructuras civiles como edificios residenciales, escuelas, algunas tiendas y hoteles, donde no hay objetivos militares claros", explicó a Efe Svitlana Valko, de IPHR.

También investigan cinco casos en los que periodistas han sido objetivo de ataques con armas de precisión.

Roman Avramenko, de Truth Hounds, señaló que han documento hasta ahora el uso de bombas de racimo en poblaciones como la capital del enclave separatista, Nagorno Karabaj, un arma prohibida por las convenciones internacionales.

Los dos activistas de derechos humanos admiten que por ahora solo trabajan en el lado controlado por Armenia, porque afirman que es más fácil acceder.

Eso sí, quieren entrenar a defensores de derechos humanos en Azerbaiyán para que puedan recoger pruebas también del otro lado, explica Avramenko.

Las ONG son conscientes de que es prácticamente "imposible" llevar el caso a la Corte Penal Internacional en La Haya, pero sí confían en que quizás países con justicia universal, como España, puedan eventualmente evaluar las denuncias, señala Valko.

Avramenko añade que esperan que en todo caso las pruebas que pretenden recoger sirvan para presionar ante la Unión Europea (UE) y la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) para que insten a Armenia y a Azerbaiyán a cumplir el Derecho Internacional Humanitario.