Johnson agita el miedo a un 'Brexit' duro aunque sin dar por cerrada la negociación

Bruselas ignora las amenazas del primer ministro británico, que pide a su país que "se prepare" para una ruptura sin acuerdo a final de año

Boris Johnson.

Boris Johnson. / // Europa Press

B. Arce/S. Martínez | Bruselas/Londres

Si la Unión Europea no hace concesiones, el Reino Unido da por acabadas las negociaciones sobre el acuerdo comercial del 'Brexit'. Ese es el nuevo pulso de Boris Johnson a Bruselas, ya sea con la intención de lograr contrapartidas de última hora o bien para dar por hecha la salida sin pacto alguno. En medio del azote de la segunda ola de coronavirus, que tiene a más de la mitad del país bajo severas restricciones y a la economía en estado comatoso, Johnson pidió ayer a los británicos "que se preparen" para romper con el bloque comunitario sin acuerdo cuando concluya el periodo transitorio a finales de diciembre. Bruselas ignoró ayer estas amenazas.

En un mensaje televisado, Johnson cargó toda la responsabilidad a Bruselas por la falta de compromiso, acusándole de no querer ofrecer al Reino Unido un pacto como el forjado con Canadá. "Dado que se han negado a negociar seriamente en los últimos meses, he llegado a la conclusión de que debemos estar listos para el 1 de enero con acuerdos más del estilo de Australia, basado en el simple principio global del mercado libre". "Es el momento para nuestras empresas de estar listas, para nuestros transportistas de estar listos y para nuestros viajeros de estar listos", subrayó.

En la alocución evitó, sin embargo, dar explícitamente por acabadas las negociaciones, aunque exigió un "cambio fundamental de dirección" para seguir adelante. "Pero no es lo que parece después de lo escuchado en la cumbre", agregó. Poco después, uno de sus portavoces fue mucho más tajante. "Las negociaciones comerciales se han acabado. De hecho, les ha puesto fin la UE y, por tanto, únicamente valdrá la pena hablar si hay un cambio fundamental de la posición de la UE".

El primer ministro viene advirtiendo desde hace meses a los británicos, y muy especialmente a las empresas, que se preparen para una ruptura sin acuerdo. También llegó a anunciar que si para el 15 de octubre no había en el horizonte una posibilidad de pacto y la situación no se había desbloqueado, el Reino Unido dejaría definitivamente la mesa de negociaciones. Ayer volvió a amenazar con hacerlo, pero los mercados se resistieron a creerle. A diferencia de otras ocasiones, su intervención no provocó una caída de la libra esterlina. "Los mercados ven los comentarios de Boris Johnson básicamente como un postureo político en este momento", señaló un analista a Bloomberg.

La impresión en Londres es que las negociaciones entraron ya en la fase final, que hay avances y resulta posible lograr un acuerdo, si bien la situación es tensa y frágil. Quedan por resolver los dos puntos más graves de fricción: las cuotas de pesca comunitarias en aguas británicas y las garantías sobre subsidios estatales de Londres a empresas del Reino Unido, a fin de evitar la competencia desleal.

Pese al tono de Johnson, la Unión Europea optó ayer por ignorar el amago del primer ministro británico y esquivar polémicas. "Si realmente quiere que la UE reconsidere su posición, entonces debería haberse quedado como miembro para influir en el debate", le recordó el primer ministro holandés, Mark Rutte, uno de los tradicionales aliados del Reino Unido en la Unión Europea.

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