La Unión Europea prolonga el pulso a los gobiernos por el presupuesto

La Eurocámara exige 39.000 millones más para la recuperación E Polonia y Hungría rechazan vincular los fondos al respeto al Estado de derecho

Michael Roth.

Michael Roth. / // Efe

silvia martínez | Bruselas

El pulso institucional por el nuevo presupuesto de la Unión Europea para el periodo 2021-2027, de casi 1,1 billones de euros, amenaza con hacer saltar por los aires la negociación presupuestaria y, de rebote, retrasar la puesta en marcha del fondo de recuperación de 750.000 millones acordado por los Veintisiete para mitigar los estragos de la pandemia. La Eurocámara sigue exigiendo a la presidencia rotatoria de la UE, que ostenta Alemania y que negocia en nombre de los Veintisiete, una propuesta con más dinero fresco: 39.000 millones adicionales para financiar los programas de gasto que juzga prioritarios.

"No sería eficaz reanudar las negociaciones trilaterales antes de intentar actualizar su mandato de negociación y buscar más espacio para el compromiso dentro del Consejo", avisó ayer el eurodiputado Johan van Overvedlt en una carta remitida al embajador alemán, Michael Clauss. La última ronda de negociación quedó interrumpida el pasado jueves tras la decisión de los eurodiputados de abandonar la mesa por la falta de avances.

La Eurocámara, además, insiste en no aceptar el uso de los márgenes de flexibilidad que deben utilizarse en necesidades imprevistas y no para financiar los programas europeos. Las demandas no son nuevas, pero de momento siguen sin ser satisfechas por la presidencia alemana, que insiste en que el paquete presupuestario aprobado en la cumbre del pasado 21 de julio, por valor de 1,8 billones, es muy superior. "Lo que hemos propuesto no es suficiente para el Parlamento Europeo. Piden volver a abrir el paquete de julio para añadir créditos adicionales superando el tope máximo. Pero para nosotros eso podría llevar al fracaso", alertó el ministro alemán de Europeos, Michael Roth.

Consentimiento necesario

La Eurocámara es clave en esta negociación. Aunque no puede introducir enmiendas al acuerdo, su consentimiento es necesario como autoridad presupuestaria que es. De ahí la necesidad y el interés de los gobiernos en lograr un pacto previo que evite sustos durante la votación final en el pleno.

Pero el presupuesto no es el único escollo por superar. Consejo y Eurocámara también deben pactar el mecanismo para condicionar el desembolso de fondos europeos al respeto del Estado de derecho y las negociaciones avanzan con igual lentitud.

La propuesta de la presidencia alemana ha generado fisuras entre los gobiernos: Polonia y Hungría se niegan a aceptarlo, mientras los nórdicos reclaman un instrumento más eficaz. Y el plan tampoco gusta al Parlamento Europeo.

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