Con más de 180.000 muertos en Europa debido al Covid-19, era obligado que ayer las primeras palabras de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, durante su primer discurso sobre el estado de la Unión ante la Eurocámara, estuvieran dedicadas a la crisis sanitaria y económica que ha puesto en jaque "los límites del modelo europeo" y que ha revelado lo "vulnerable que puede ser la vida" y "la fragilidad" del continente europeo.

"Es el momento de salir de esa fragilidad hacia una nueva vitalidad", reivindicó Von der Leyen ante un hemiciclo medio vacío por las medidas estrictas contra el coronavirus, en una alocución que sirvió para inaugurar el nuevo curso político comunitario. Por ello, su principal prioridad será "salir de la crisis", "proteger vidas" y "salvar empleos" a partir de la transición verde y digital, que seguirán siendo los dos grandes faros de la política europea, y con el paraguas del nuevo fondo de recuperación como palanca. Según su diagnóstico, lo más preocupante es que la pandemia sigue sin dar muestras de debilitamiento.

Más dinero en Sanidad

Esto significa, dijo, construir una unión europea de la salud más fuerte, con más financiación, más competencias para Bruselas, más poderes para el centro europeo de prevención y control de enfermedades, y la creación de una agencia biomédica de inversión y desarrollo similar a la de EE UU para apoyar a los estados miembros ante emergencias transfronterizas.

Emisiones y reto digital

Con unas previsiones devastadoras, que apuntan a una caída del PIB del 12% en el segundo trimestre del año, no es el momento de reactivar las reglas del pacto de estabilidad y crecimiento. Todo lo contrario. La Comisión Europea propone basar la recuperación en la transformación ecológica y la revisión de los objetivos de reducción de emisiones de CO2 para 2030, elevando los actuales -40% sobre los niveles de 1990- al menos hasta el 55%.

"Reconozco que este aumento es muy importante para algunos e insuficiente para otros, pero nuestro análisis de impacto muestra claramente que nuestra economía y nuestra industria pueden lograrlo", justificó sobre una meta clave para lograr la neutralidad de carbono en 2050 y que llevará al Ejecutivo comunitario a revisar toda su legislación antes de junio del 2021.

Para facilitar la tarea, la Comisión Europea propone que el 37% del fondo de recuperación de la UE -dotado con 750.000 millones- se consagre a los objetivos del pacto verde y que el 30% de la financiación del fondo provenga de la emisión de "bonos verdes". En cuanto al pilar de la transición digital, considera clave liderar la gestión de los datos industriales y propone crear una identidad digital europea segura, además de extender la red de banda ancha y dedicar 8.000 millones a superordenadores.

Asilo e inmigración

Entre lo más inmediato también está el nuevo pacto de asilo e inmigración, que presentará la próxima semana y que, en línea con lo solicitado por Grecia, Italia y España, propone abolir el convenio de Dublín, que obliga al primer país al que llega un migrante a tramitar su eventual petición de asilo. "Los países que cumplen sus obligaciones legales y morales o que están más expuestos deben poder contar con la solidaridad de toda la Unión", proclamó.

Un ámbito igual de sensible es la lucha contra el racismo y el odio, la discriminación y el respeto del Estado de derecho. "Atacaremos los prejuicios inconscientes. Sean de ciudadanos, instituciones o algoritmos", avisó, anunciando un coordinador europeo contra el racismo. "Las zonas sin LGTBI son zonas sin humanidad y no tienen cabida en nuestra Unión", subrayó en una clara alusión al centenar de municipios polacos que se han declarado "libres de ideología LGTBI".

Von der Leyen dedicó parte de su intervención a la política exterior. Defendió el multilaterismo y, sobre la pretensión británica de anular parte del acuerdo del 'Brexit', advirtió: "El acuerdo no puede modificarse unilateralmente, ignorarse o dejarse de aplicar. Es una cuestión de ley, confianza y buena fe".