La Policía griega detuvo este martes a cinco migrantes bajo sospecha de haber provocado el incendio que arrasó en la madrugada del pasado miércoles el campo de refugiados de Moria, en la isla de Lesbos. Según informó desde Lesbos el ministro de Protección Ciudadana, Mijalis Jrsisojoidis, se está buscando actualmente a una sexta persona que ya está identificada (al cierre de esta edición, algunas fuentes ya la daban por detenida).

Por ahora no hay información oficial sobre la nacionalidad de los detenidos, pero los medios locales apuntan a que se trata de afganos.

Para el Gobierno griego estuvo claro desde un principio que se trataba de un incendio provocado, pues se produjo simultáneamente en tres puntos del campo y justo después de que se comunicara a un grupo de 35 personas que habían dado positivo por Covid-19 que debían ser trasladadas a un área aislada del campo. Esta información desató protestas entre los residentes de Moria.

El Gobierno griego abrió hace pocos días un nuevo campo temporal para albergar a los 12.000 refugiados de Moria. El campamento provisional, sin embargo, está casi vacío: solo 1.000 personas han accedido al traslado, pese a que hay tiendas para acoger a 5.000.

Los refugiados que se resisten a desplazarse al nuevo campo, y que llevan una semana durmiendo al raso en las cunetas de Lesbos, temen el traslado al nuevo recinto porque el Gobierno griego solo permitirá salir de él a quienes vayan a ser recolocados en otro campamento o deportados.

El ministro griego de Migraciones, Notis Mitarakis, advirtió que Atenas solo aceptará las solicitudes de asilo de quienes accedan a ir al nuevo campamento, mientras los habitantes de Lesbos exigen que no se abran más campos.