Nicola Sturgeon considera la ley de mercado interno un "asalto frontal" al Gobierno autonómico de Escocia, del que es ministra principal. La ley permitirá al Tesoro británico determinar directamente los fondos destinados a "salud, educación, cultura e instalaciones deportivas" en todas las naciones que conforman el Reino Unido (Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte).

Johnson está dispuesto a modificar una financiación que hasta ahora está en manos del Parlamento escocés. Abre así un canal hacia una redistribución tributaria más centralizada. Una estratagema que, contrariamente a lo que puede pretender el "premier", debilita la unidad nacional. "La independencia es la única vía de proteger el Parlamento escocés del socavo y la erosión de sus poderes", avisa Sturgeon.

El Gobierno escocés y el virus

La ley de mercado interno llega cuando los escoceses están comprobando que su Gobierno funciona bastante más racionalmente que el británico ante una situación de extrema gravedad, la pandemia, y la forma en que Sturgeon la ha gestionado le ha valido un apoyo en sondeos de hasta el 75%, todo lo contrario que a Johnson.

Desde principios de este año, los sondeos muestran un ascenso constante en el número de escoceses favorables a la independencia. Un 53% en la última encuesta de YouGov, publicada el pasado mes.