Han sido unas elecciones dispares, que han durado tres días y en las que se han elegido diputados de parlamentos regionales, concejales de ayuntamientos o gobernadores, en cerca de la mitad de los 85 sujetos de que se compone la Federación Rusa. Pero una conclusión emergía a medida que avanzaba ayer el recuento de los votos en las zonas orientales: pese a las presiones y trabas administrativas, en aquellas elecciones y circunscripciones donde aspirantes apoyados por el opositor Aleksei Navalni habían logrado presentar candidaturas, éstas conseguían mantener el pulso a los partidos y candidatos progubernamentales.

En Novosibirsk, cuando se llevaba escrutado el 24 por ciento de los votos, cinco de los treinta candidatos a concejal se habían posicionado en primer lugar frente a sus rivales de partidos sistémicos, Rusia Unida y, en menor medida, el Partido Comunista de Rusia (PCR). En una decena de circunscripciones se hallaban en segunda posición.

Con los primeros resultados en la mano, la cuenta de Twitter a nombre del propio Navalni, convaleciente en un hospital de Berlín, proclamó con alborozo que en Novosibirsk y en Tomsk, la región vecina, "la consigna del voto inteligente está ganando".

A miles de kilómetros de Alemania, en la capital de Siberia, Serguei Boiko, líder de la Coalición 2020 respaldada por Navalni, pidió a sus observadores presentes en los colegios electorales que extremasen la vigilancia, ya que estos resultados no satisfactorios podría empujar a la élite local a manipular el recuento

Todo ello, pese a que la apatía y una baja participación fueron las notas dominantes en la jornada electoral. En la sede del Colegio Económico y Comercial, junto al Mercado Central de Novosibirsk, se había instalado un centro de voto al que los censados acudían con cuentagotas. Eso sí, todos los que venían a depositar su papeleta aseguraban que querían apoyar "el cambio". Nikolai y Larisa, un matrimonio de mediana edad que prefiere no revelar su apellido, aseguraron que votaron por Serguei Boiko, el líder de la Coalición 2020 apoyada por Alekséi Navalni.

Ambos afirmaron estar cansados de "tanta corrupción", y aseguraron que el paso del bloguero anticorrupción por su ciudad antes de ser envenenado durante el regreso a Moscú incluso les ha dado a conocer problemas que desconocían. "El vídeo denuncia que hizo sobre el barrio de Pliushikhinski lo han visto ya cinco millones de personas; ni siquiera sabíamos que algo así sucediera en nuestra ciudad", exclama Nikolái. "Sabemos que habrá fraude, pero hemos venido a votar; hacemos lo que podemos", concluyó su esposa.

Vladimir Klevtsov, otro de los votantes, sigue una línea argumental similar. "Necesitamos un cambio, no podemos seguir así", recalcó. Pese a regentar un negocio, aseguró no "tener constancia" de la corrupción de las autoridades locales. Y dio por descontado que el resultado electoral sería falsificado. "Tienen muchas oportunidades para hacerlo", denunció.

En la plaza de Lenin, en el centro de la ciudad, muchos lugareños preferieron aprovechar la jornada y las agradables temperaturas para pasear en lugar de acudir a las urnas, convencidos de que el cambio era imposible. "No voy a ir a votar porque todo está ya decidido", explicó Yekaterina, de 24 años, sin querer revelar su apellido. Yevgueni Paramonov, cuatro años mayor que ella, fue de la misma opinión: "votaré cuando esté seguro de que no habrá manipulación". Los observadores creen que lo sucedido con Navalni tras su paso por Novosibirsk tuvo un "efecto limitado" en el modo en que se desarrollaron las elecciones en la ciudad y región. "Eso sí, movilizó a sus partidarios, que pueden obtener representación en el ayuntamiento", destacó Vasili Volnujin, redactor-jefe del portal Taiga-Info.

Al igual que durante la votación sobre la reforma electoral que permitirá a Vladimir Putin convertirse en presidente vitalicio, la apertura de los colegios fue prolongada tres días debido a la pandemia. Con estos parámetros, los representantes de la coalición opositora dan por descontado que habrá un gran fraude, habida cuenta de que los primeros días suelen acudir los trabajadores de instituciones y organismos estatales, que presionados por sus responsables, votan a candidatos oficialistas.

"Hemos constatado cómo se pagaban entre 500 y 1.000 rublos por voto a favor de candidatos oficialistas, tenemos capturas de pantalla de los mensajes telefónicos", denuncia Lena Noskoviets, miembro de Coalición 2020. "Algunos electores han comprobado en el mismo colegio electoral que alguien ya había votado por ellos", añadió.