Los incendios que afectan al oeste de Estados Unidos se han cobrado al menos 31 vidas y hay decenas de desaparecidos. Decenas de miles de vecinos han tenido que abandonar sus hogares en California, Oregón y el estado de Washington.

El último incidente mortal se produjo en Oregón, donde un grupo de gente no pudo salir de sus casas a tiempo en un "incidente con gran cantidad de víctimas mortales", según explicó el director de Gestión de Emergencias de Oregón, Andrew Phelps. Hasta ayer se habían confirmado cuatro fallecidos en este estado

En las últimas horas la mejora de las condiciones meteorológicas ha ayudado a las labores de extinción con temperaturas más bajas, vientos menos intensos y mayor humedad. Más de 20.000 bomberos luchan por apagar los incendios.

En California se han calcinado en el último mes 1,3 millones de hectáreas y hay 4.000 estructuras destruidas. El número de víctimas mortales era de 20 hasta este sábado. "Prevemos que el número (de muertos) aumente a medida que regresemos a áreas devastadas por las llamas", advirtió el gobernador de California, Gavin Newsom, mientras visitaba los restos humeantes de un bosque calcinado en el norte del estado.

Para las autoridades locales y muchos expertos, la escala de estos incendios forestales, que se extienden desde Canadá hasta México, está indudablemente vinculada al cambio climático, lo que niega Donald Trump.