El presidente de EE UU, Donald Trump, tenía previsto llegar anoche a la ciudad de Kenosha (Wisconsin), escenario de disturbios desde que hace diez días un hombre negro fue tiroteado por la espalda por un policía local. La visita de Trump, que desoye las peticiones del alcalde de la ciudad y el gobernador del Estado para no viajar, promete avivar la confrontación racial.

De hecho, el magnate calentó su llegada con unas palabras a pie de avión ofensivas para el Alcalde, el demócrata John Antaramian. "Anoche (por el lunes) estos anarquistas radicales intentaron irrumpir en (su) casa y a ese pobre tonto, un alcalde muy estúpido, le están pasando muchas cosas malas", dijo.

Horas antes, Trump ya suscitó indignación entre sus detractores al atribuir los excesos policiales a "bloqueos" como los golfistas. "Se bloquean. Es como en un torneo de golf, cuando no aciertas un putt a tres pies".

En una rueda de prensa en la Casa Blanca, un poco antes, Trump defendió al joven de 17 años Kyle Rittenhouse, que la pasada semana mató a dos manifestantes en Kenosha. "Estaba tratando de escaparse de ellos, supongo, y se cayó y le atacaron muy violentamente. Creo que , probablemente, le habrían matado", declaró.