El acuerdo de normalización de relaciones diplomáticas entre Israel y Emiratos Árabes Unidos (EAU) no se firmará hasta dentro de unas semanas, en Washington, pero ayer quedó sellado con un relevante gesto simbólico. El primer vuelo comercial entre los dos países aterrizó por la mañana en Abu Dabi, algo más de dos semanas después de que, con la mediación de EE UU, las partes acordaran el pasado día 13 el establecimiento de relaciones diplomática plenas. EAU es el tercer país árabe que reconoce al Estado judío después de Egipto (1979) y Jordania (1994).

A bordo del avión, de la compañía israelí El Al y rotulado con la palabra "paz" en hebreo, árabe e inglés, viajaba Jared Kushner, yerno y asesor del presidente de EE UU, Donald Trump, que se ha encargado desde 2017 de dirigir la política de la Casa Blanca para Oriente Medio.

Acompañaba a Kushner una delegación que incluía al consejero de Seguridad Nacional de EE UU, Robert O'Brien, y a su homólogo israelí, Meir Ben Shabat, además de siete equipos de trabajo encargados de diseñar la apertura de embajadas y diversos acuerdos de cooperación inversión, ciencia, turismo y cultura.

Kushner felicitó al "hombre fuerte" de EAU, el príncipe heredero de Abu Dabi Mohamed bin Zayed, por su "valentía" al llegar a un acuerdo con Israel, decisión polémica en el mundo árabe, y agradeció a Arabia Saudí la autorización para que la aeronave atravesase su espacio aéreo.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, animó desde Jerusalén al Gobierno de EAU a devolver la visita. "Les pondremos la misma alfombra roja que nos han puesto", declaró Netanyahu, quien aseguró que su Gobierno dialoga con más países árabes para establecer relaciones plenas.

Esta nueva dinámica entre Israel y los países árabes es una consecuencia de la alianza que entre bastidores han tejido Israel y Arabia Saudí para hacer frente al expansionismo en Oriente Medio de Irán, su común enemigo.

Mientras, en Líbano, uno de los países ahora mismo más convulsos de Oriente Medio, el Parlamento designó primer ministro, con el respaldo de casi todos los grupos políticos, al independiente suní Mustafá Adib, tercer jefe de Gobierno en diez meses. Adib debe formar en tiempo récord un Gobierno que saque al país de una de sus peores crisis económica y social, agravada por la devastadora explosión registrada en el puerto de Beirut a principios de mes. Formar Ejecutivo suele exigir varios meses en Líbano a casua del complejo sistema de cuotas religiosas que rige su ordenamiento político.

El nombramiento de Adib, técnico de confianza del ex primer ministro Najib Mikati y embajador del país en Alemania desde 2013, fue acordado apenas unas horas antes de la llegada a Beirut del presidente francés, Emmanuel Macron, en su segunda visita tras la explosión de Beirut.