El presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, que afronta la mayor ola de protestas populares en los 26 años que lleva en poder, denunció este jueves que está en marcha una "matanza diplomática" contra su régimen.

"La matanza diplomática contra nosotros ha comenzado y al más alto nivel", dijo el jefe del Estado en reunión con los miembros del Gobierno, citado por la agencia oficial Belta. En opinión de Lukashenko, salta a la vista que se libra una "guerra híbrida" contra Bielorrusia. "¿Y cómo llamarla, si no? Los medios informativos y el ámbito de la información están afectados por esta lucha, por esta guerra entre partes beligerantes", dijo el presidente.

Agregó que países vecinos no solo se pronuncian por la repetición de las elecciones presidenciales del 9 de agosto, sino que comienzan a entrometerse en los asuntos internos de Bielorrusia. "Es claramente una guerra diplomática", insistió.

Lukashenko señaló que el país se ve en la necesidad de gastar ingentes recursos para estabilizar la situación en las fronteras occidentales, que ha sido reforzadas con unidades militares de otras regiones del país.

"Vosotros veis que hay declaraciones acerca de que Bielorrusia se desmembrará, de que la región de Grodno pasará a Polonia. Lo dicen abiertamente, lo sueñan. Pero nada de eso ocurrirá, lo sé a ciencia cierta", dijo.

Desde las elecciones presidenciales, que según los datos oficiales ganó Lukashenko, con el 80,1 % de los votos, resultados denunciados como fraudulentos por la oposición, Bielorrusia es escenario de la mayor ola de protestas de su historia postsoviética.

Los opositores demandan la repetición de los comicios, que no han sido reconocidos por la Unión Europea. "Tendrán que matarme antes", replicó Lukashenko a las demandas de repetir las elecciones.