Todo estaba listo para el traslado a Alemania del Alekséi Navalni, ingresado en un hospital de Siberia bajo la sospecha de haber sido envenenado. Sin embargo, los doctores que lo tratan se han echado atrás en el último momento y han vetado la salida del paciente, alegando su condición de "inestable". La portavoz del activista, Kira Yarmish, ha denunciado que no se trata de ninguna decisión médica, sino adoptada desde "el Kremlin".

Iván Zhdánov, director del Fondo contra la Corrupción, la oenegé fundada por Navalni, ha dado una improvisada rueda de prensa en el exterior del Hospital de Urgencias de Omsk y ha asegurado que la policía le acababa de informar que en el organismo del bloguero se ha descubierto veneno, y que el traslado era peligroso no solo para él, sino también para quienes le acompañasen en el viaje. "La prohibición del viaje es un ataque contra su vida llevado a cabo por los médicos (que le tratan) y por las autoridades mentirosas que lo habían autorizado" (el viaje).

Deseo de la familia

Aleksándr Murakhovski, director del Hospital de Urgencias de Omsk, donde está siendo tratado, ha explicado que el deseo de la familia de sacar del país al enfermo no es suficiente para autorizar el traslado. Preguntado acerca de la posibilidad de que trabaje conjuntamente con los doctores alemanes que le iban a tratar, el responsable médico respondió que los especialistas rusos "no son peores". De hecho, doctores procedentes de los hospitales moscovitas Burdenko y Pigorov se hallaban ya de viaje hacia Omsk para tratar a Navalni. El primero es un centro hospitalario militar, el segundo se trata de una policlínica dependiente del Ministerio de Sanidad.