Más de 1.500 inmigrantes fueron evacuados ayer de un campamento improvisado situado al lado del canal de Saint-Denis en Aubervilliers, al norte de París. Cerca de 800 tiendas de campaña daban cobijo a malienses, afganos, etíopes y sudaneses, ahora trasladados a 13 gimnasios de la región parisina.

"Estos alojamientos permitirán darles refugio, pero también comprobar las condiciones del derecho de residencia de unos y otros", explicó el prefecto de policía de París, Didier Lallement, presente durante la evacuación del campamento, donde a las condiciones de insalubridad se sumaban repetidos conflictos y altercados.

"Estos campamentos son terribles (?) son lugares de violencia muy perjudiciales para los que se instalan en ellos", subrayó Lallement en una comparecencia de prensa.

Si bien nadie cuestiona el riesgo sanitario ligado a este tipo de campamentos, evocado por la prefectura para justificar su desmantelamiento, la estrategia de evacuación no estuvo exenta de polémica.

El colectivo Solidaridad Migrantes Wilson reprochó a las fuerzas del orden el cordón desplegado para desplazar a los inmigrantes, una estrategia que provocó empujones, caídas y fuertes tensiones mientras tuvo lugar la evacuación.