El Reino Unido reforzará sus fronteras en la era posbrexit con una ley de inmigración que impedirá la entrada a cualquier condenado en el país por una pena de un año de cárcel. Quienes sean condenados estando ya en suelo británico, podrían ser deportados a sus países de origen. Los controles aumentan incluso para los turistas. A partir del 2025, los ciudadanos de la Unión Europea que quieran visitar el país deberán hacerse previamente con un "permiso de viaje", al igual que el resto de los extranjeros.

"Todo aquel que desee viajar al Reino Unido (salvo los ciudadanos británicos e irlandeses) deberán solicitar un permiso previo para facilitar el acceso de viajeros legítimos y mantener alejada de las fronteras del país cualquier posible amenaza", señala el documento de 130 páginas publicado el lunes por el Ministerio del Interior. El sistema de Autorizaciones Electrónicas de Viaje es "un proceso simple" que permitirá, a la vista de los datos que figuren en la solicitud, "realizar controles de seguridad y tomar decisiones más documentadas" para permitir o denegar la entrada.

Las nuevas normas de inmigración están basadas en un sistema de puntos, similar al instaurado en Australia, que no concede preferencia alguna a los miembros de la UE. Cualquiera que aspire a trabajar en el Reino Unido deberá sumar 70 puntos y son requisitos fundamentales el tener una oferta laboral previa de una empresa, un nivel mínimo de cualificación académica o profesional y un nivel medio de inglés. El salario deberá ser superior a los 22.000 euros anuales.

Dado el déficit de trabajadores en la sanidad pública y la asistencia social, el Gobierno ha creado un Visado de Salud y Cuidados Sociales. Las empresas del sector verán significativamente rebajadas las tasas que obligatoriamente deben pagar por cada contrato. Esa reducción fue una concesión que Boris Johnson tuvo que hacer, dado el papel jugado por los sanitarios en la crisis del coronavirus. Johnson se mostró confiado en que la limitación de llegadas no dejará sin trabajadores a los servicios sociales, que se nutren en gran medida de mano de obra extranjera.

Atraer a los mejores

En el documento también "se agradece las contribuciones vitales de los doctores, enfermeras y otros trabajadores extranjeros al Sistema Nacional de Salud (NHS) y al conjunto del sector". La ministra de Interior, Priti Patel, espera que los británicos cubran los empleos vacantes, pero el nuevo sistema, asegura, permitirá "atraer a los mejores y a los más brillantes en todo el mundo". Con esa intención, los extranjeros licenciados en una universidad británica podrán permanecer dos años más en el país y hasta tres en caso de realizar un doctorado, con el objetivo de conservar el talento.