Entre el temor y la euforia, Inglaterra inicia hoy la mayor fase de la desescalada, con la reapertura, después de más de tres meses, de hoteles, restaurantes, pubs, peluquerías, bibliotecas, museos y cines. Cuando aún hay brotes de coronavirus en algunos puntos del país, la reapertura de los pubs en especial ha cobrado el cariz de acontecimiento nacional. El peligro de que la jornada, bautizada como Super Saturday, alcance los niveles de una juerga de dimensiones similares a la Nochevieja llevó ayer al primer ministro, Boris Johnson, a pedir reiteradamente prudencia a los ciudadanos y a advertir de que no dudará en imponer restricciones de nuevo si fuera necesario. "Espero realmente que la gente se comporte de manera responsable y disfrute del verano de manera segura", dijo.

El Gobierno ha sido criticado por organizar la apertura de los pubs precisamente un sábado. Las autoridades temen posibles problemas de orden público y el desbordamiento de los servicios de urgencia en los hospitales por las peleas y los excesos del alcohol. La policía reforzará la vigilancia en las zonas de ocio. El Ejecutivo tuvo que puntualizar que los pubs no podían abrir a medianoche, pero los locales que tengan licencia sí podrán hacerlo a partir de las seis de la mañana.

Millones en pintas

La reapertura de los pubs, según un reciente estudio, puede reportar en el fin de semana unos 210 millones de libras (233 millones de euros). Desde el Gobierno se ha alentado a los británicos a tomarse una pinta o unas cuantas. El propio ministro de Finanzas, Rishi Sunak, se acercó ayer al "Bell&Crown", un local en el barrio de Chiswick, a ayudar a mover barriles.

El jefe médico del Gobierno, Chris Whitty, temeroso de las consecuencias, insistió en que permanecer en un lugar cerrado con otra gente socializando "es una actividad de alto riesgo". El virus, declaró, "no va a desaparecer, por mucho, mucho tiempo. Estamos viendo la posibilidad de una segunda ola".

Johnson señaló que de surgir un brote de coronavirus la estrategia será establecer confinamientos y cierres locales, pero descartó uno a nivel nacional.