Avanza, lenta, la justicia en el caso de George Floyd, el hombre negro que murió el 25 de junio a manos de la policía en Minneápolis y cuyo asesinato ha hecho prender la mecha de protestas contra la brutalidad y el racismo policiales y reclamaciones por la justicia racial en Estados Unidos. Este lunes, en unos procedimientos preliminares del proceso a los cuatro policías imputados, el juez Peter Cahill ha marcado la siguiente vista preliminar para septiembre y ha fijado como fecha tentativa para el inicio del juicio (o juicios) el 8 de marzo del año que viene.

Puede que haya uno o varios juicios porque aún no está decidido si serán juzgados juntos o por separado los tres agentes imputados como cómplices y Derek Chauvin, el policía que puso su rodilla sobre el cuello de Floyd durante siete minutos y 46 segundos (un minuto menos de lo que inicialmente se había informado) y enfrenta los cargos más graves de asesinato. Este lunes todos han comparecido por separado ante el juez. Chauvin, que no ha pagado su fianza de entre uno y 1,25 millones de dólares, lo ha hecho por vídeo desde la cárcel. Los dos policías que sí han pagado sus fianzas para esperar juicio en libertad han comparecido en persona, igual que el tercer agente acusado de complicidad, que sigue en prisión.

Advertencia contra comentarios públicos

Este lunes los procedimientos han sido trámite y rápidos pero han dejado también una advertencia del magistrado a las autoridades para que eviten hacer comentarios públicos sobre el caso, alertando de que podría imponer ese silencio por orden judicial. "Lo que están haciendo es poner en peligro el derecho a un juicio justo para todas las partes", ha advertido el juez.

El abogado defensor de uno de los agentes ha destacado especialmente declaraciones hechas por el jefe de la policía de Minneápolis y el comisionado de Seguridad Pública, que hablaron de la muerte de Floyd como "asesinato", así como declaraciones del gobernador y del fiscal general al frente del caso, y ha anunciado que presentará una moción para cambiar el escenario del juicio. Y el juez Cahill ha reconocido que esas declaraciones podrían forzar a que se trasladara el juicio fuera del condado de Hennepin.

Las vistas preliminares de este lunes se han celebrado con periodistas presentes en la sala pero sin posibilidad de transmitir o grabar audio o vídeo, y eso que la defensa, en un paso inusual, solicitó el viernes al juez (sin éxito) que permitiera esa cobertura. Su argumento era, de nuevo, contrarrestar declaraciones de las autoridades pero no lograron el necesario consenso de la fiscalía ni tampoco aprobación del juez, que consideró que se pondría en peligro la posibilidad de encontrar un jurado imparcial. El magistrado decidirá más adelante sobre si permite cámaras y micrófonos en el juicio en sí. Ese que no empezará, en principio, hasta marzo de 2021.