El Gobierno de Perú planteó en las últimas horas la necesidad de poner fin a la cuarentena que rige desde el pasado mes de marzo, de modo que una vez que expire la actual prórroga, el 30 de junio, se mantenga solo "de manera focalizada" donde sea más necesario para contener la pandemia de coronavirus.

Perú, que ya estaba entre los países más afectados de la región, ha escalado en las últimas semanas hasta situarse segundo en América Latina y octavo a nivel mundial, con cerca de 230.000 casos, incluidas 6.688 víctimas mortales. El país andino se acerca así a las cifras de contagiados de Italia y España.

Al detectarse los primeros casos en Perú en marzo, el presidente, Martín Vizcarra, ordenó rápidamente una cuarentena nacional que comenzó a flexibilizarse en mayo.

Con más del 70% de la población peruana trabajando en la economía informal, el confinamiento ha acabado con los medios de vida de quienes dependen del jornal para sobrevivir. "No vamos a martirizarnos más. Nuestra economía está sufriendo mucho", dijo la jefa del Comando de Operaciones COVID-19, Pilar Mazzetti, en una entrevista concedida a Canal N.

El domingo, más de 5.000 fotos de personas fallecidas por la COVID-19 revistieron los bancos y las paredes de la catedral de Lima para una misa del Corpus Christi en homenaje a las víctimas del SARS-CoV-2, oficiada por el arzobispo de la capital peruana, Carlos Castillo.

Con la catedral a puerta cerrada, las imágenes de las víctimas mortales de la pandemia fueron los únicos asistentes de esta homilía que fue transmitida por televisión nacional y por redes sociales.

Las fotografías enviadas en los días previos por los familiares de los difuntos no solo coparon todos los bancos del principal centro católico de Perú sino que cubrieron las columnas y muros del templo.