El carrusel de elecciones primarias en EE UU entra hoy en una semana decisiva para las aspiraciones de los dos únicos candidatos demócratas que siguen en juego: el exvicepresidente centrista Joe Biden, apoyado sin fisuras por el aparato del partido y con amplio respaldo afroamericano, y el senador socialista Bernie Sanders, arropado por una sólida base juvenil y con alto predicamento entre los latinos.
Seis estados acudirán hoy a las urnas, poniendo en juego 352 delegados a la convención presidencial demócrata de julio: Idaho, Michigan, Misisipi, Misuri, Dakota del Norte y Washington. Todos los ojos se fijan en el obrero Michigan, no solo por sus 125 delegados y por ser el primero de los grandes estados del Medio Oeste que se disputan, sino porque su composición étnica y su estructura socioeconómica dejan pensar que quien lo gane será serio candidato al triunfo final.
Quien se lleve Michigan tiene ventaja en la segunda cita crucial de estos días, la del próximo martes, cuando Arizona, Florida, Illinois y Ohio, de alta población los tres últimos, atribuirán 577 delegados. En total, serán 929 en siete días, casi la cuarta parte de los 3.979 que ventilan las primarias.
La clave de estas dos citas no está, sin embargo, ahí sino en ver si confirman el vuelco apuntado hace una semana en el Supermartes. Biden enderezó entonces su trayectoria y, solo tres días después de arrasar en Carolina del Sur, se impuso a las encuestas y a Sanders en diez de los 14 estados en disputa.
Ayudado por la retirada de todos sus rivales centristas, y por el mayúsculo pinchazo del magnate Michael Bloomberg, Biden se colocó en cabeza del cómputo total de delegados. Lleva 664, por 573 de Sanders, cuando aun faltan por atribuir 102 de los 1.344 que se disputaron ese día.
Las encuestas indican que el vuelco ha creado un efecto Biden. Hasta en el estado de Washington, en el norte de la costa Oeste, donde hasta hace unos días reinaba Sanders sin discusión, la ventaja del exvicepresidente era ayer de dos puntos sobre el socialista. En Michigan, donde Sanders necesita a toda costa repetir su victoria de 2016 sobre Hillary Clinton, la ventaja de Biden era de 25 puntos en la media de sondeos RCP.
El efecto Biden se ha trasladado también a las encuestas a escala nacional. Hasta el Supermartes era Sanders quien se imponía, con márgenes de hasta diez y doce puntos. Pero a lo largo de la pasada semana, Biden se ha disparado hasta marcar, anoche, una ventaja de 15 puntos (50,3% a 35,3%) en el promedio RCP. Y eso que, desde el jueves, Sanders también ha ido creciendo, ya que parece recoger el voto dejado huérfano por la retirada ese día de la senadora radical Elizabeth Warren, quien, con todo, aun no ha anunciado a quien apoyarán sus 64 delegados.
Así las cosas, dentro de una semana debería estar claro si las bases demócratas optan por un centrista o por un radical para tratar de expulsar a Trump de la Casa Blanca. Si persistiera la incertidumbre, la siguiente cita relevante (663 delegados en seis estados, entre ellos Nueva York y Pensilvania) no llegará hasta el 28 de abril.
