Tres veces ha luchado Joe Biden por ser candidato demócrata a la presidencia de Estados Unidos, la primera en 1988. Hasta este sábado, ni una vez había ganado un estado en unas primarias, pero el exvicepresidente de Barack Obama lo hizo en Carolina del Sur en una victoria abrumadora en el primer estado donde el voto negro es fundamental. Su triunfo resucita una campaña que se veía en la cuerda floja y redefine las primarias. "Hace unos días los medios y los comentaristas habían declarado esta campaña muerta. (...) Estamos muy vivos", dijo un extasiado Biden en su discurso de celebración en Columbia. A las puertas del supermartes, cuando votan 14 estados y un territorio y se reparten más de 1.300 delegados, el 34 por ciento del total, Biden sale de Carolina del Sur con lo que en EE UU se llama "momentum". También, con una victoria que ha animado las donaciones a su campaña, cuyas cuentas necesitaban urgentemente esa inyección. Aunque sea por un par de días se consolida como el principal rival de Bernie Sanders, muy distante en Carolina del Sur, pero aún favorito en California y Tejas, territorios donde cuenta mucho el voto hispano, cuyo respaldo Sanders demostró tener en Nevada. En ese duelo se centró parcialmente Biden en su discurso. "La mayoría no quiere la promesa de una revolución, no quiere más promesas, quiere resultados", dijo.