El Festival de Viña del Mar, cita chilena de la canción desde la década de 1960, ha propiciado una reactivación de las protestas en el país andino, que el pasado octubre dejaron una treintena de muertos y miles de heridos. Decenas de personas han sido detenidas desde el pasado fin de semana entre algaradas callejeras puntuadas por incendios de contenedores y automóviles en las calles.

El resurgir de la violencia, que anticipa un "marzo caliente", coincide con la campaña política para el crucial plebiscito del 26 de abril en el que los chilenos decidirán si reemplazan la Constitución de la dictadura por un nuevo texto. Se trata de la principal apuesta política del presidente del país, el derechista Sebastián Piñera, para desactivar los focos de violencia. Ante el resurgir de las protestas, el ministro de Defensa, Alberto Espina, ha insistido en la potestad que tienen las Fuerzas Armadas para utilizar armas de fuego en la represión.