La posibilidad de apoyar a un gobierno progresista encabezado por el Sinn Fein -SF, antiguo brazo político del IRA- ha abierto las primeras grietas en el Fianna Fail (FF), el partido centrista irlandés, que en la pasada legislatura ha estado en la oposición. Una corriente de la formación liderada por Micheal Martin sostiene que deben volver a gobernar, aunque sea con los izquierdistas, pues llevan ya casi una década fuera del poder, tras ser vistos como responsables del colapso económico de 2010.

Sin embargo, varios diputados del FF han indicado que no quieren formar gobierno con el SF, en línea con la posición de Martin en la campaña, cuando reiteró su rechazo a un pacto con los republicanos por su pasado violento y sus políticas económicas "populistas y radicales". Con todo, Martin se muestra ahora abierto al diálogo.

El recuento final de los comicios celebrados el sábado confirmó ayer que el SF fue el partido más votado (24,5% de los sufragios de primera preferencia), lo que le reportó 37 de los 160 escaños en juego (+14), por 38 del FF (-6) y 35 del Fine Gael (derecha) del primer ministro saliente, Leo Varadkar, el gran derrotado (-15). El FF tiene un escaño más que el SF, pese a quedarse en el 22,18% del voto, por el sistema de segundas preferencias. En esas condiciones, la líder del Sinn Fein, Mary Lou McDonald, ya ha comenzado a buscar apoyos para un Gobierno de coalición progresista, con el visto bueno de Martin, que respeta su liderazgo.