Combates de una intensidad no vista desde hacía años en la provincia de Idlib, el último bastión de la oposición siria, entre las tropas del régimen de Asad, apoyadas por la aviación de Rusia, y fuerzas rebeldes y turcas han causado decenas de muertos en las últimas semanas, poniendo en un brete los frágiles acuerdos de alto el fuego pactado entre los gobiernos de Ankara y Moscú, que respaldan a bandos enfrentados.