El estado de Iowa, con sólo dos millones de electores, dio ayer la señal de partida a las elecciones primarias de las que saldrán los dos candidatos que se enfrentarán en las presidenciales del 3 de noviembre. Tanto demócratas como republicanos celebran el maratón de elecciones, pero puesto que el resultado está cantado entre los republicanos -el presidente Trump no tiene enemigo- todo el interés se centra en los demócratas. En Iowa, el sistema no es propiamente de primarias, con colegio electoral, sino de caucus o asambleas, en las que los vecinos discuten durante horas hasta que se impone uno o varios candidatos, que se hacen con todos o parte de los 41 delegados que están en juego para la convención demócrata que en julio elegirá al candidato presidencial.

Los resultados no se esperaban hasta avanzada la pasada madrugada, pero las encuestas decían que el senador por Vermont Bernie Sanders, socialista que vota con los demócratas, seguía siendo el favorito. El promedio de sondeos RCP le auguraba un 23%, por delante del exvicepresidente Joe Biden (19,3%), el joven alcalde de South Bend (Indiana) Pete Buttigieg (16,8%), y la senadora demócrata radical por Massachusetts Elizabeth Warren (15,5%). El multimillonario Michael Bloomberg, el último en entrar en campaña, decidió no presentarse en las 4 primeras elecciones y hará su entrada el 3 de marzo, el Supermartes, día en el que se competirá en 16 elecciones, con 1.344 delegados en juego.